sábado, 14 de agosto de 2010

Algo en que pensar

Opinión propia

Que se puede hacer. Después de tantos años, de inútil intento, no queda otra que aceptar la opinión generalizada, y guardar la propia en un rincon del alma, por si fuera digna de un posterior reconocimiento.
Posiblemente los acontecimientos junto con el paso del tiempo, acaben dando la razón, e incluso, quien lo sabe, quitarla. En lo de la Encarnación, lo de las setas se ha convertido en algo inevitable, por aquello de permitirse lo que con anterioridad pudo haberse evitado.
Solo bastaba conocer el sentido que tenia actuar en lo de la Encarnación, y el origen de la cambiante decisión. Ambas preguntas ahora se convierten en conjeturas que tardaran demasiado tiempo en resolverse.
Por eliminación de las causas, se puede afirmar sin temor a equivocarnos, que en la actuación llevada a cabo en lo de la Encarnación, ni se ha ordenado el trafico, ni los aparcamientos en superficie, algo que generaba una gran preocupación al “equipo de gobierno” según las bases (del concurso).
Las drásticas medidas “encaminadas” a la peatonalizacion, dejan ver que ni lo uno ni lo otro, restringido el trafico, y eliminado los aparcamientos, muerto el perro.
Puerta, puerto, plaza, mercado, estación, aeropuerto, puerta y puerto. Lo de los pobrecitos placeros y lo de la Hispalis, vino con el tiempo.
Puerta cerrada, puerto sin “pantalán” ¿donde dejamos, (no el coche que tiene prohibido el paso) lo de plaza? Plaza elevada, plaza mirador, plaza de garaje, plaza de abastos, plaza con fuente, plaza de la Encarnación.
Mercado de cuarenta puestos, mercado central, mercado tradicional, “Boqueria” de Sevilla, referente de Andalucía, espejo de los de Cádiz y Huelva, mercados de abastos, la plaza de toda la vida, en la Encarnación se le cambian los muros de guardar los bullicios del ambiente de su sorprendente interior, por paredes transparente que dejará ver desde la calle los vacíos amarillos de su recorrido. Silencio en la plaza.
Estación, de metro imposible. Estación de rampa a ninguna parte. Intercambiador de mil rutas, estación metropol, estación terminal, estación estival. Estación que sin realizar, tampoco aporta las claves para despejar los enigmas de esta Encarnación que “es algo que se ido de las manos”, y seguirán sin resolver. Será pues algo como lo de encontrar a los responsables, del pensamiento, de palabra, obra y omisión, por su culpa, por su gran culpa, la Encarnación se convirtió en algo que ni los mas propios deseaban.
El frenesí llega con los anuncios de la inminente apertura, que desde Marzo se viene haciendo para mantener los ánimos. Aeropuerto de nuevos vientos. Aire, aire.
No debe de tardar la llegada del día, que tal como deseado “adviento” el mundo entero tenga la nueva, de la nueva Encarnación, y llegado a este punto de felicidad colectiva, lo aconsejable es participar de los acontecimientos y dejar que sea el tiempo quien diga, como siempre, la ultima palabra.
Sevilla a 15 de Agosto de 2010
Francisco Rodriguez Estevez

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