domingo, 13 de junio de 2010

Sobre el medio ambiente y ambiente entero

Dos ciudades

Resultaba evidente que todo seria cuestión de las dos ciudades que la muy dual acostumbra a mostrar permanentemente. La primera la llevan construyendo sus habitantes desde hace algo mas de 2000 años, la otra es mas moderna, parece que recientemente le pusieron, buscando el sentido de la medida, como de las personas, y según dicen, todavía le están construyendo un sueño.
Una desde el principio hacia palafitos en la laguna de su asentamiento marismeño, la otra sigue haciendo tonterias a la sombra de la vela, aunque la madera tenga tratamiento xilofago, y revestimiento de poliéster.
La primera, es tan antigua que guarda en sus entrañas la historia de su existencia. La otra se encarga de por si sola de deformarse acaso para no ser reconocida.
No cabe la menor duda de que son ciudades distintas.
Por las diferencias que surgen entre habitantes de la vieja ciudad, y los durmientes de la moderna, se desprende que la gobernanza es distinta en cada caso, y en ese punto los candidatos de una y de otra deben aclarar, no solo su grado de compromiso, es, la obediencia. (contraida).
Acabo de leer lo que dice aquel que se postula acerca de la Encarnación, y no acabo de entender que confunda valor y precio, en especial si reconoce que el valor del medio ambiente, no tiene precio. En lo de la Encarnacion, vecinos y bomberos, elevan sus protestas, donde piensan que se encuentra el disparate, y si estan dispuesto a continuar es tan solo por no tener capacidad para encontrar otra solucion.
Nunca puede ser una ruina enterrar lo que allí se está haciendo, más será una gran ruina conservarle, Pararlo, e incluso aplicarle la demolición controlada, supone poder hacer la estación del metro, que viene a tener un costo similar al de la estación en San Pedro.
No puede ser lo acertado proseguir hasta completar la destrucción del enclave, es de catón medioambiental, recuperar en lo posible el estado en el que estaba el paisaje, con anterioridad a la catástrofe, ya sea natural o provocada.
Nada resulta menos convincente que, a fuerza de vaticinios y pronósticos como argumentos, la zona pueda con semejante cosa generar economía, salvo en el discurso tanto de Rey, como de Espadas,( publicados en prensa),y en este asunto no cabe el chiste fácil.
Malo si no encuentra mas solución, malo, muy malo, que la que ofrece sea la del continuismo, peor que quien siempre fue adalid de la reflexión, lo de las setas le atasquen, y no pase de que se han ido de las manos, y no rectificamos. Por ultimo y no viene al caso pero acaso fuera quien aun no se había enterado de que lo que se estaba construyendo en la Encarnación era un icono, tal como se plantea en el principio, para que en el tema acabe informando a los habitantes de la vieja ciudad que lo de la Encarnación, en su convencimiento se convertirá en un icono para el visitante de la vieja ciudad, y para el ciudadano de la de las personas, La diferencia, tal vez sea que el visitante de la vieja ciudad se partirá de risa, y sus habitantes no, pues esa felicidad iconoclasta solo aparece en los sueños de los durmientes, mientras la factura no los despierte.
Sevilla a 13 de Junio de 2010
Francisco Rodriguez

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