sábado, 19 de junio de 2010

Estar, no estar, en la lista

Por Gallinato a Santo Rey.

En esta callada ciudad donde impera el silencio, antes y despues de la batalla, apenas queda sitio en el que puedan reinar las declaraciones reales, que mas parecen virtuales, por decirle algo, y por mucho que el sequito y la corte, se pasen las jornadas haciendo palmas a todo meter, ya sean coherentes, como lo de la Gavidia, o razonables, como la estación del metro, en lo de la Encarnación.
Viene a ser estas declaraciones de las llamadas de bromas para lo de la Encarnacion, por lo que tan alegremente se ofrecen al proyecto imposible, también conocido oficialmente como el que se ha ido de las manos, por más que fueran ofrecidas por el mismísimo Sr. Rey.
Acaso, por el forzado aplauso al que se somete aquello, apenas goza de credibilidad, por inconsistente, pues es mucha declaración que las seis setas, “a la misma vez”, con solo tres alemanes pueda llevarse al pegado total, sin que el pagado se produzca en tiempo y forma.
En esta ciudad de silencios, también llamada de “encarnaciones”, lleva camino de mutar a ciudad de las manifestaciones, pero no es lo mismo las que realizan los bomberos, la policía, o los funcionarios, las de mercasevilla, las de artesacro, y cuantas llevan a vecinos hartitos de coles a veces a la puerta del ayuntamiento que a las setas del hay untamiento. Nada que ver con lo que manifiestan como imperante rutina los Hernández, Fernández, Rey, Prieto, y otros, buscándose un hueco en una nueva lista que se les pone imposible, como las setas, por lo que hay a toda costa, como mejor solución, acabar con ellas.
Tambien se puede acabar con la vieja lista y con la nueva torpe, pues viene siendo evidente que la vieja se ha eliminado y hacer la nueva es algo que se puso en marcha al tiempo del nuevo candidato, no en balde se está creando con otros criterios, en los que impera la limpia. Acabar con las manifestaciones del soniquete ideologico, que cansan por repetitivas y huecas, como campanas, sin duda seria algo de agradecer que desaparecieran, pero para siempre, y con ellas las soflamas mitineras lanzadas como petaladas al socaire del agradecimiento. Las otras son cosas serias, ahí no hay cuento que valga, por eso estaran siempre las corporativas, las vecinales, las reivindicativas, las de protestas, las de adhesión, por lo tanto seguirán siendo manifestaciones imposibles de impedir, como lo de la Encarnación, por que todas son como encarnaciones, que brotan como setas a nada que pase la tormenta.
Pero de todas las manifestaciones ninguna con más coherencia y razonamiento que las expresadas por el Sr. de Cabra, que merece todo reconocimiento, si es verdad eso de que se ha propuesto acabar con las setas. Nada más acertado en tan poco espacio de tiempo ocupando la responsabilidad del cargo que le asignaron.
Es muy posible que ni por el gesto encuentre el hueco para una posible repetición, pero no importa, si consigue acabar con lo de las setas no es seguro que entre en la nueva, pero con todo merecimiento habrá entrado, sin capa, ni espada, en la historia de esta ciudad, aunque en esta ocasión lo del no8do sea por “gallinato”, como el rey.
Sevilla a 19 de Junio de 2010
Francisco Rodríguez

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