La agenda
Lamento decir que no vinieron por aquí tal como al parecer habían
previsto. Da pena saber lo que significa el dogal de la agenda cuando se padece
eso que llaman responsabilidad. Irresponsabilidad, que dice el diccionario que
significa que no tiene responsabilidad, es otra cosa que ni tiene agenda, y si
acaso no la tiene tan apretada.
Quien si apareció,
cono el lobo por Navidad, fue el desgraciado indigente, que aun sin amanecer,
daba cuenta del tetra brik, para después hacer los pinitos de miedos en la
baranda del agujero, ese que taparan cuando el infeliz se caiga a los estratos
de la colonia.
Era previsible que se dieran las cancelaciones en la
apretada agenda, aunque por ratos
pensaba que alguien cumpliría su compromiso y se acercaría por aquí. Pero es que durante
estos días semi festivos de pre saturnales, de pre- solsticio, cuando las luces
se encienden por San Andrés, cuando por la Inmaculada el Belem
tiene los Reyes colocados en la montaña de corcho, cuando el violeta marca el
inicio de la “llegada”, cuando el celeste y el rosa son preludio del verde, que
envuelve la esperanza cuando solo falta una semana de dulce espera, todo se les
vuelve compromisos, hasta los tiempos.
Hoy cuando el Mesías llega, cuento los días transcurridos, y
me hace pensar la cantidad de compromisos que adquieren las responsabilidades como
para llegar a suprimir de la agenda, la apretada, esta visita anunciada en el
tiempo ordinario. “Pasare a saludarte”, “iré
a verte en estos días”, “tomaremos un cafelito”, “a ver que podemos ver”, que
mas me parecía letra de villancico, pero mira como beben, que interés por
comprobar lo de la puerta que teníamos que ver, cosa que, salvo el principal regidor, el Director de
Accesibilidad, y creo que tampoco vino nunca el portavoz, pues no así las demás
responsabilidades que sobradamente tienen información visual, escrita, y oral
del asunto. Pero que si miraron no vieron. ¡oído, cocina! master chef.
El correo electrónico
ha servido para que algunos no felicitemos la Navidad. Nada menos que celebración
de la llegada al mundo de la
Encarnación del Hijo de Dios, otros me enviaron abrazos y besos
electrónicos, los menos llamadas telefónicas, y los mas mensajes al móvil. Es la Navidad.
La agenda debe de ser, la apretada, algo que se tiene que
estar preparado para ello, y tener la apretada, de tal suerte, que sea la
escusa perfecta para echarle la culpa a los compromisos prioritarios, lo que te
hace pensar que ni tu, ni tus asuntos gozan del privilegio de fijarse en la
agenda como deberes ineludibles, mas si te quitan, no vale decir que la confianza,
que tu me entiendes, que ya sabes, que si el compromiso, y todo queda con un
mail, un tarjetón, un mensaje.
Esa es la diferencia de la falta de
responsabilidad que no tiene una agenda, de las apretadas, que le hagan tener
que suprimir aquellos compromisos anteriores, más cuando no se tiene ni ganitas
de tener que ver, lo que tenemos que ver.
En estos días previos al nuevo año, siempre me acuerdo de
sus palabras, (pienso que fuera una coletilla de campaña) cuando al indicarle
lo que sucedía por aquellas de que no instalaron con el mínimo criterio
comercial, las aleatorias puertas de lo que llaman plaza municipal de abastos en lo de la Encarnación, vino candidato a
confortarme en mi indignación con aquello de “Lo de la puerta
lo tenemos que ver”, y me pensaba que así seria. Que lo tenemos que ver.
Será este año chino del caballo
de madera, como lo de
la Encarnación,
y esto es lo prevee, por lo que de inmediato debería con tiempo suficiente
anotarlo en la agenda,
El caballo de madera nos traerá un aire
renovador desde las ideas, costumbres, los hábitos, modales. Su espíritu
generoso, altruista, samaritano y amoroso contagiará a los más Escépticos y
descreídos sobre la posibilidad de cambiar situaciones difíciles. En forma
moderada, paso a paso, sin atropellos, ni arrebatos que generen más aislamiento
y exclusión del colectivo. La energía del año es el movimiento, la expansión,
la conquista de nuevas ideas, territorios, empresas, capaces de cambiar sistemáticamente
el funcionamiento en centros de comercios aportando sus teorías humanistas y
prácticas con éxito.
El caballo es nuestro aliado en la cabalgada
que estemos dispuestos a realizar. Es necesario ser un buen jinete, y no quedarse quieto, inmóvil, paralizado
durante este año: la procesión va por dentro, o sea, hay que pensar más y no
actuar impulsivamente, enfocar los objetivos, los deseos, sueños y utopías para
que se concreten, no desbocarnos. Cuando sintamos bajos instintos, contar hasta
100..Siempre siguen vigentes una serie de cosas a tener en cuenta desde el
ámbito público, que den a la sociedad mejores posibilidades futuras y un pasar
más equilibrado, educación, capacitación profesional, equilibrio de precios
para el consumidor, mejores beneficios y excelentes ventas, posiblemente la jubilación
será más acordes a la realidad y muchos otros temas seguirán solicitando
atención urgente de quienes están a cargo para continuar mejorando esquemas..
Sevilla a 24 de Diciembre de 2013
Francisco Rodríguez Estevez