sábado, 2 de junio de 2012

PUERTA DE ORIENTE

Era chino




No es que quiera ahora recordarle lo de la primera piedra en lo de la Encarnación, ni tampoco de la empedrada calle de grandes cantos que apareció a nada le quitaron la piel de plaza, que lo mismo si escribo azogue, se piensa en la parte oculta de la luna, de espejos, evidentemente.

Los enormes chinorros tenían pendiente al Coliseo, que es como se llamaba la calle de Alcázares, todo lo contrario que la pendiente de la antigua plaza que las aguas vertían partiendo de la fuente central, hoy deprimida, escondida y contaminada visualmente, hasta salir por la puerta de Poniente, salvando la costanilla creada un desnivel superior al metro y medio.

Fue justo en los primeros días de este tercer milenio, cuando el capitel de la fuente mas antigua de Sevilla, la de la plaza de la Encarnación, fue a perderse tal como pierde el pato, la pila en donde se conoce a la gente, antes de quedar en la puerta Correos, que en otro tiempo estuvo justo donde el Coliseo, en la Encarnación.

Apareció por la provisionalidad eterna, cuando aun le faltaban mas de once años por permanecer en la fase pupa para que concluyera la metamorfosis, un hombre de rasgos asiáticos, provisto de varias cámaras fotográficas colgando del cuello, como medallas olímpicas, y con una exquisita prudencia me indico que era periodista y le diera permiso para capturarme en imágenes que me trasladarían al lejano Oriente.

Con una pequeña grabadora hacia comentarios, imagino acerca del lamentable espectáculo de aquel lugar solitario y con más de mitad de los puestos cerrados.

Después de algunos meses me llegó un periódico, no era japonés, como podia intuir que fuera aquel hombre que tan interesado visitó el degradado espacio anticomercial, resultó que era chino, y por aquella fecha, que no son estas, ya me costo encontrar uno que me pudiera traducir el comentario que hacia el articulo a dos columnas, en el que mi foto servia de ilustración, recuerdo que mas o menos el texto venia a decir, según me tradujeron: “vayan a Sevilla, hay un mercado central que lleva 27 años de provisionalidad, se sorprenderán por lo oscuro que está, y aunque los puestos de pescado quedan cerrados, dicen que son buenos negocios.

Recomendaba que se dieran prisa pues según está previsto este plaza de abastos desaparecerá en breve, para hacer una moderna, por lo que se perderá el encanto del misterio que en esta se observa.

Era chino, mas pasado doce años, le recuerdo por aquello de su atinado comentario. Hoy los chinos están llegando a esta ciudad, y lo mismo, algo habrá tenido que ver el artículo, si mal el paso del tiempo ha hecho de que ni me parezca al de la foto, la plaza tampoco.

Sevilla a 2 de Junio de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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