jueves, 31 de mayo de 2012

Cubito y radio, sobre todo radio

Seta con onda




Dar sopa con honda, al igual que seta con onda es algo que hasta en la Encarnación, cobra su sentido, pues en tiempos de apreturas, de las de antes, que camino llevábamos a ello, que otra cosa si no se podría dar en esta plaza para preparar la reconfortante sopa que tanta hambruna vino a quitar cuando esta aun no era mariana.

La plaza como lugar que tenia reconocida la supremacía económica y social de un tiempo que se fue, acaso por las ondas que marcaban las sopas lanzadas con hondas en la superficie del agua remansada como saltos de olvido, se vuelve por las ondas que surcan los aires, para mantenernos informados de que el riesgo nunca estuvo en la prima, y que todo resultará ser del riego, incluso podría ser del baldeo, que no es cosa regalada, pues es sabido por lo que sale un buen baldeo, y que con los cambios ya no se hace a manga, que en este caso no es por hombro, ni viene del hombre que la llevaba, pues ahora se realiza con una maquina que controla el detergente.

En la seta tres, aquella que cuando la primera visita tuvieron que evacuar a alguien que se indispuso haciendo cumbre, y en la dificultad de lo imprevisto, (que ya me dirán que imprevisto puede ser que alguien se indisponga en lo alto de la seta tres) los bomberos advirtieron que la camilla convencional no daba la vuelta por el estípite de caracol de una escalera de emergencias, y acaso lanzaron sopa con honda, tan como un mensaje radiofónico, tan efímero que nadie recuerda de que eran los canapés, y si algo pasara hoy, no hay por que preocuparse, se dispone de cabinas que ascienden y descienden por el interior hueco de de los fustes en continuados viajes por el tiempo, y en onda al pasado, conduce en continuidad ora a la colonia, ora a la vista socializada.

Esta bien eso de difundir espacios, pero debe de tener su punto sopa, pues el anterior que tuvo lugar a la orilla derecha del Guadalquivir, y este en la fabrica del Garum, y mira que tenemos sitios que bien le vendrían una honda para relanzarlos, como la Fabrica de Vidrios de la Trinidad, o el Palacio de Pumarejo, esos si que serian lugares para que a través de las ondas, las importantes ondas herrerianas se lanzaran los cuatro vientos de un nuevo amanecer para que esta mariana deje de estar callada y lo mismo se anima y habla, por las ondas, o por las que hilan, por la sopa, o por lo de la mayor indignación que tiene como referente las setas, pues menos da una sopa.

Sevilla a 31 de mayo de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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