martes, 15 de mayo de 2012

Se armó el Belem


Impasse




Después de lo sucedido, (y que por el momento mas conviene ser discreto) diré para no encender en nada la cosa,  que no viene mal un impasse, algo cortito, para que diera tiempo a la reflexión, mas cuando la que se ha liado ha sido por algo meramente sin importancia, una broma de las que escribo, pues esta ha llegado a ser causa, totalmente involuntaria, de malestar en quien se sintió, sin serlo, parte de la broma, y yo sin saberlo. Teobroma.

Acaso, por quien se trata, esperare dos días, antes de remitir estos nuevos disparates, omo siempre, al amplio directorio donde se encuentra, justo en el apartado de amigos, pues no debo, por una tontería, privarle de algo que según me dijo siempre leía. Esperaremos.

Desde luego ha sido en el peor momento, y mira que llevo años escribiendo cosas de la Encarnación, pero acaso, también me pregunto, si solo esto fuera  para encontrar un motivo para hacerme ver la susceptibilidad que puede aparecer en algunas personas, cuando, sin conocerlas a fondo, se llegan a tomar en serio una parodia en la que cualquiera puede ser el protagonista. Por ejemplo, si escribo con referencia a los mansos, que nada tiene que ver con la camada de frisones, ni con los cabestros de la plaza, (siendo esta la de los toros), evidentemente no se trata de astas, pues " fijarse bien" en la confusion cuando hasta cualquiera sabe que se trata de aquellos bienaventurados que tiene prometido que herederan la tierra, otra cosa sea saber quien pagará el impuesto de transmisiones con el cambio, como los tercios.

Otra cosa sería cambiar el cristal por la puerta, que también está prometida, y no precisamente puesta donde se torean a los bravo, que antes se lancearan en la de la Encarnacion, pues no es de chiquero ni arrastre, ni tan siquiera la del Principe, antes de Regina, que en todo caso sería  la que se olvidaron en la fachada Oeste de la nueva plaza, de la Encarnación naturalmenente, precisamente en la travesía central, que todos sabemos que eso no es un crucero, sino una cruz, ni travesía tenga que ser a la fuerza por el desierto de una calle sin publico que pueda cruzar el laberinto.

Hoy, y mañana, y pasado, y así hasta que algún día, acaso demasiado tarde, según para quien, alguien decida que hay que acabar con la burla que es lo que supone para cuantos buscan precisamente allí una puerta inexistente. Una trampa a la orientación, un menoscabo al sentido comercial, un embeleco a los posibles clientes que los mete en el ardid de un absurdo donde no existe entrada, ni salida, del fanal.

Un trampantojo del que podíamos haber salido, ayer con seguridad, de no haber sido tan incauto y permitir que el enojo nos haya hecho perder la entrevista en la que se me iba mostrar que poner una puerta no es fácil, pero tampoco es imposible, tal como puede aprenderse viendo como lo hacen en http://www.youtube.com/watch?v=84sGo1tHWmI.

Por el momento vamos a esperar dos días, lo mismo no hay mal que por bien no venga.

Sevilla a 15 de mayo de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: