martes, 19 de junio de 2012

DE LO DE LA ENERGI

Cumplir o no cumplir



Sin velas negras, sin velas de colores que alumbren la tarta, sin votos en contra y sin abstenciones, unánimemente es aprobada la Ley de Fomento de las Energías Renovables y del Ahorro y la Eficacia Energética, FERAEE, que así se llama esta que obligará a instalar los olvidados sistemas solares térmicos en los parasoles. Lo de la estación del metro en el metropol quedará para otra ocasión.

Al menos, está anunciado que en breve todos podremos ver como el primer parasol lo llena todo de sombra, pues la permanente vela de chapas tiene prevista su izada a final de mes, como el cambio de hora para el ahorro energético. ¡Currito dale al botoncito!

Ni que decir que las primeras consecuencias se advertirán de inmediato, puesto que en los amaneceres modificaran su rumbo los rayos solares (que de siempre se escaparon buscando el poniente para darle a las calles un confortable calorcito mañanero), cuando de por vida queden atrapados para almacenar su energía en las obligatorias baterías a instalar, posiblemente suprimiendo el más que aplaudido paseo paronímico sobre el “planetarium”( que por el momento solo es una idea en voz alta), para acatar, decididamente, que “aquello” pueda considerarse “sostenible”. Pero más que insostenible, será inaguantable el previsible frío que a causa de la umbría se dejará sentir al paso por la encrucijada de laVenera.

Con la misma velocidad que aparecen velas de colores de desagravio al destinatario de las negras, es más que probable que fluyan los vientos del Norte para ulular en las oscuras noches por los resquicios de las chapas reclamando el mimo, y el mercado emblematico, del primer pacto, palabras incumplidas, tal vez porque no se firmaron, pero que están filmadas. Y escritas.

En el segundo, Encarnación y Alameda, ¡Ay Alameda! Velas de un mismo barco, velas de colores, velas negras.

Jano eterna, Triana y Macarena, papa o bistec, pero nada que tenga que ver con los champiñones, sombra de las sombras, madre de todas las sombras, dos pasos, que evitan pasar bajo la vela, epatante vela, pues no es cera todo lo que arde cuando se trata de luz. Y taquígrafo.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 22 de Marzo de 2007


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