sábado, 18 de septiembre de 2010

Placer, placero

Lo dicho

Posiblemente antes fuera un placer conducir, hacerlo ahora mas parece suplicio. Lo mismo sucede con el fumar que dejó de ser un placer cuando lo convirtieron en vicio para restringirle todos los espacios donde poder tragarse solo el humo.
Dicen que al menos queda la compra, todo un placer para los que pueden comprar, el resto, esperando que pase la crisis, ni mueve el coche, ni tan siquiera compra tabaco.
Pocas cosas son más gratificantes que poder comprar, especialmente para poder comprobar el placer que eso produce. De ahí sacaron el engañoso mensaje de la compra placer, para convencernos de que no hay ninguno que lo iguale. Lo dicho, que no hay nada como el placer de comprar. (Que tonteria)
Pero esto, de ser cierto, puede ser algo que en breve estará superado, pues si la compra dicen que es un placer, como poder explicar lo que se podrá sentir cuando al llegar la primavera se pueda comprar lo ultimo en telefonía móvil, justo en lo de la Encarnación.
No en vano se dijo con convencimiento que hacerlo allí sería algo indescriptible, pues era como tener la oportunidad de comprar en los mejores comercios, una suerte, pero solo en los establecimientos de mundial reconocimiento, y nada menos, que en los bajos de esta vanguardia convertida en la prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York.
La noticia de la adjudicación para una empresa de telefonía móvil del primer local comercial significa, nada menos que , en breve será inaugurada, por lo cual se podrá adquirir lo ultimo en tecnología y lo mas atrevido en diseño, como las novedades que ofrecen los modelos de Boucheron, como quien dice un Vertu, algún capricho de Almu-Tupper sex, quizás una tontería de Peter Aloison, y por que no, lo ultimo de Godvish, y todo ello sin tener que preparar las engorrosas maletas, sin tener que ponerte no se cuantas vacunas, ni coger un vuelo de madrugada para llevarte siete horas sentado en clase turista de un vuelo que te lleva al JFK, para una vez en tierra, y después de soportar un registro, hacer una declaración del equipaje y sufrir un cacheo de entrepiernas, poder encontrar un taxi libre, y que decir de la paciencia para soportar el atasco que se forma hasta llegar a la 5ª avenida donde, hasta la fecha, podías encontrar estas bagatelas que tanto placer dice que produce a quien las compras. Pero por suerte, de aquí a nada, cuando lo de la Encarnación quede convertida en lo dicho, para que lo dicho y hecho, esta sea la prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York, lo cual te permitirá disponer del teléfono móvil que te mereces. Y aquello, según parece, será un placer. Lo dicho.
Sevilla a 18 de Septiembre de 2010
Francisco Rodríguez

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