martes, 28 de septiembre de 2010

La tercera estacion

La tara del otoño
(Pesa lo que pesa)
No es que tenga que cargar a cuestas tan pesada carga, ni tener a mis años que echarlo a los lomos, pero se nota que pasan, y que pesan, cuando menos en este jubiloso aniversario, que ya coge en la cuesta abajo de la tercera edad, cuando el otoño llega, como cada año, cuando todo se hace dorado en el estanque,cuando pesan los kilos mil quinientos gramos, y los días van lastrando con su paso, como un costal en los hombros.
Cuando en este corto vía cruxis, de las cuatro estaciones, se llega a la tercera,esa en la que el tranvía deseo toma la aceleración para descender mas rápido, que llega vertiginosamente a la senectud sin detenerse, acaba uno por darse cuenta de lo fugaz que se hizo esto, cuando al mirar atras advierte que treinta y siete año no fueron nada.
En este otoño climático, estación tercera, con el calor resistiéndose a marcharse, aun conservan las hojas caducas los árboles de mi calle.Calle umbría, calle estrecha, en la que plantaron equívocadamente, intencionadamente, inconscientemente, ¡vete a saber! dos hileras de tipuanas que, en rápido crecimiento, por su gran porte, buscaron los rayos de un sol que escasamente, ni en pleno verano les llega, y que por tal error,hace que la calle tenga una sombra permanente, y aunque aun se mantienen verdes, por suerte, no tardarán en cambiarse a los preciosos tonos ocres y dorados, con los que se visten para avisarnos que va a empezar el mas bello strip tease, con el que en su desnudez permiten que los rayos del sol caliente en el frío del invierno las aceras en las que se agrupan, bajo los benefactores rayos, los que, cargados de años, esperan turno para jugar la partida de dominó.
La sombra del ciprés es alargada, y las de la higuera maldecidas, las de la catalpa, agradables, las del pino, saludable, las de eucalipto, medicinal, las del naranjo en flor una delicia, las del magnolio embriagadora, las del tilo, tranquilizadoras, pero…….. las de las setas, las de las setas de maderas, con aral de filtro incluido, será algo que por fuerza tiene que dar “mu” mala sombra.
Bueno, pues acabado este mes de Septiembre, una vez que pasa la huelga, como pasa todo, como pasa la vida y como pasa la fecha anunciada, continúan bajo las sombras de todas las dudas los placeros, que, ni tienen las llaves, ni tienen la cuenta, dato a tener en cuenta, pues la llave está en saber si aquello se puede abrir, pero, no por las cuestiones técnicas de recepción de obra y otros cumplimientos, que tienen que tener a sus responsables ojo avizor, si no por que, triplicado los costos, los vendedores, que prefieren ser llamados comerciantes, industriales, mercaderes, mejor que placeros, deben de tener muy claro, que si tienen que subir el tomate, dejaran de ser competitivos, y si tiene la virtud de no dar, cuando el vicio del capital inversor quiera pedir su beneficio, pues posiblemente la directiva negociadora, con sus plazos de poder caducados, lo mismo tienen que enseñar el colmillo que escondian bajo los labios, pero será algo que asomarán muy tarde.
Lo mismo es mejor, que el jeque, se encapriche de las dos torres de hormigón y cuando menos, si le gustan, sirve para quitarnos todo el peso de encima que, como el otoño, todo llega a pesar.
Sevilla a 28 de Septiembre de 2010
Francisco Rodriguez

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