Un buen día lleno de contratiempos
Tenia previsto dar una vuelta por el campito, una parcelita
que comparto con la familia, y que desde finales de Febrero no pude hacerlo. En
principio quería ir temprano, ya fuera solo o acompañado, pero no tan temprano el
día nublado hacia aconsejable esperar al menos una hora. Ni caso, me llama mi
hermano que quiere acompañarme para que no vaya solo y de paso el mueve su
coche también, por lo pronto tengo que dar por finalizada los rituales que
anteceden a una salida, al menos pude tomar un poco de café con la pastilla, y
sin acabarlo tampoco pude medir la tensión que se marcaba alta y debía de
esperar un poco que cada día lleva unos minutos.
No dispongo de tiempo, preparar unos avituallamientos de
emergencias, la mascarilla y el gorro, móvil, y llaves de aparcamiento. Debo de
echar gasolina y llenar los neumáticos que permanecieron parados tanto tiempo.
Mi hermana me llama para decirme que también irán, Pepe quiere coger el coche.
Todos los coches en cuarentena.
La yerba está muy alta y las hojarascas denotan la
desocupación que lleva. Dispuesto a la faena, la desbrozadora no arranca, es
decir arranca pero se ahoga, desmontar y montarla varias veces hace desistir,
lo mismo hace falta repararla por unas tontería de falta de uso. Llega mi
sobrina y sus hijos, saludos lejanos, la pequeña Marta incluso me dice que no
la contamine. El miedo.
Guillermo mientras tanto, hace una poda selectiva a la inmensa morera
que se come parte del jardín, no da tiempo a nada. Mi gallo “Pita “se encuentra
agazapado en la maleza no viene a saludarme, tiene una joven gallina en su
dominio, es lógico. Hasta en cuatro ocasiones voy a por herramientas para la
reparación que por el momento tiene la faena parada.
La cortadora de césped arranca a la primera, algo es algo,
mi sobrina y mi hermana barren todo lo que pueden para que aquello parezca otra
cosa, y llenan los sacos que me encargaré de tirar en la basura, pues hay aviso
en la comunidad que no se queme, ante la falta de agua. El tiempo vuela hay
prisas y a pesar de la aceleración ha sido insuficiente, tenemos que concluir ,
por diferentes motivos. Se van marchando, me quedo para cerrar y no se puede
cerrar una de las cerraduras de seguridad, se ha quedado cogida y ni para
delante ni para atrás, y no se puede cerrar. Ni el aceite lubricante que empapa
el mecanismo hace nada, no me queda otra que en posición de cerrado llevar los
dos espárragos hacia atrás con golpes de martillo, cuidadosamente. . No
funciona pero al menos permite cerrar. Varios intentos con otra llave, y se
llega a la conclusión de que los golpes partieron los pestillos de cierre.
Las prisas no son buenas consejeras, salgo y espero, pero no advierto que me habían adelantado, y
me preocupa la tardanza, la llamada al móvil me dice que van por delante, la
mascarilla puesta toda la mañana me hace dar cuenta que no llevo gafas, ¿como
con lo poco que veo puedo ir sin gafas?. ¿Dónde las habré dejado y no me he
dado cuenta?
Tengo el convencimiento que en la casa del campito no pude
quitármelas para nada, menos con la máscara, por minutos pensé que me las
dejaría en mi casa antes de salir y no
me las puses con la prisa, pero recuerdo que las llevaba cuando la policía me
hizo cambiar de rumbo. Tal vez en la gasolinera, he llamado de inmediato, nada.
Busco dentro del coche por si se cayeron buscando las herramientas, pero me
parece imposible no llevarlas ni un minuto con lo borroso que veo.
Ha sido un buen día de campo, he compartido con mi hermano
el rato de taller, con mi hermana el barrido con mi sobrina también y con los
niños y mi cuñado, hacia muchísimo tiempo que esto no se daba y que puede
importar que la desbrozadora no funcione, haya partido la cerradura, o no
encuentre las gafas. Pita está vivo, y el nublado de la tarde me hace desistir de ir al campo a realizar un
intento, acaso el único que queda para encontrar las gafas. ¿Por qué iban a
estar allí si nunca me las quito?
Me preocupa y tendré que ir, mañana o pasado, también me
quedé los refrescos, el pan y varios limones que cogí. Quién sabe. Hoy ha sido
un buen día lleno de contratiempos.
Sevilla 17 de Mayo de 2020
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