jueves, 21 de mayo de 2020

El el bebe


Resultado de imagen de año de la rata chino 2020
En el bebe

Ni acierto el significado, solo lo intuyo en  el contexto, pero a lo de la Encarnacion le dieron en to el bebe, cuando en el 2004 le dieron por el 2007, que viene a significar en el bebe.
Era el inicio de la mayor demora que podía esperarse desde la provisionalidad tres años más de espera y la guasa de la madera para risas del concejal escalador. Mas madera. Y en un suspiro se pasaron siete lustros.  Y ya ven lo que hicieron. Justo en el bebe.
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Que si lehman brothers nos llevo a la crisis mundial al iniciarse aquel 2008 , año de la rata chino, y entre ratas y bubujas, la madera del bebe llevo a los placeros a tener la plaza municipal de abastos con más recortes que los ajustes ministeriales. Una ruina.
Doce años para entrar en otro año de la rata chino, y aun estaban los coletazos de los estertores finales cuando en lo de la Encarnacion la rata, que hubo quien la llegó a ver, cambia los chinos por pandemia, y malos sea que ya no te coja en el bebe, si sino que alcance a dar en el coma, y ni queden ratas, ni murciélagos, ni zarigüeyas, ni pangolines, esto será cosa del visón.

Pholidota - Wikipedia, la enciclopedia librePura casualidad que lleva a la preocupación que esto se lleve otros doce años, como se viene declarando con la boca pequeña los sesudos economistas, y los técnicos de finanzas, no es bueno crear alarma en la falta de empleo, en la falta de recursos, por mucho que te vuelvas de hierro y endurezcas la piel.
Doce años no se harán fáciles de llevar, sobre todo si no tenemos viejos que soporten ,aparte del cuadro clínico, el drama familiar. El anciano es el futuro.
Este año cuando llegue la Navidad, y llegamos, el bebe, y bebe y vuelven a beber, será una bendición el tener al abuelo en la mesa, allí  no faltará nada.
Los viejos tienen que durar por mucha caducidad que tengan por lo menos doce años, pero se hace posible que tengamos prorroga y con pactos, sean quince tambien, y si no hay mal que cien años dure, tampoco hay muchos abuelos que lo resistan.

Hoy primer día de mascarilla, de esas que cuestan un euro en la farmacia y solo duran tres horas, esas finita de pliegues que se estira, y que cuando regresas por la tarde del trabajo, caminito amigo, con la sombra al pié, y con la sonrisa horizontal húmeda de los flujos y la leve viscosidad que acumula tras más de ocho horas de uso sin tregua, apretadita para que no se escape nada, para que sea filtro seguro que evite que nada se cuele, diría que tal menester fuera como si estuviera colocada en el mismísimo bebe, que ni decir tiene que se soporta incómodamente, por mucho que se haga necesaria y  obligatoria. No hay sangre.
Se confirma que lo de la mascarilla ocultando la sonrisa se llevará por bastante tiempo,  si con la nueva prórroga del estado de alarma, los calculados rebrotes, y un Otoño sin vacunas, los viejos serán cheques al portador, al menos para pagar las mascarillas, 2 al día, por 4 personas y el abuelo, son 10 euros que por un mes la cosa se pone en 300 euros, o una de dos o nos contagiamos o comemos.  ¿Quien hará las cuentas?
Asusta escuchar que uno de cada tres niños padecerán secuelas por la escasa alimentación que en los primeros años se hace fundamental para formales tanto física como intelectualmente. Como si la pandemia les hubiera alcanzado a dar el todo el bebe, y en muchos sitios ni agua tienen.
Sevilla a 21 de Mayo de 2020
Francisco Rodriguez

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