No se me puede olvidar aquel día del 2005, en el que perseguido por la
prensa asediándole a preguntas se detuvo casi sin parar para decir con
rotundidad una frase para la historia, así de sencillo.
A la pregunta si
aquello tenía una explicación, estando rodeado de micrófonos trata de avanzar y
debió de surgir de lo más profundo de su intelecto, “aquello no se explica,
porque no se entendería”.
El Sr. Sánchez había dado en la clave, no se
entendería acaso sus explicaciones no fueran comprendidas, tal vez ni el mismo
sabría explicarlo , posiblemente ni era dueño de sus palabras cuando no
encuentra explicación al menos para quienes la escuche y pueda discernir si la
entiende, ya sea como respuesta, como explicación, o por el contrario era evidente que
jamás se entendería.
Lo que mal empieza. Con nocturnidad lo de la Encarnación fue sacado de la Gerencia.
Los andalucistas
decadentes y callados, tratan de pervivir y aceleran el paso que el doctor ni
les tomó el pulso, diga treinta y tres. Y esta jugada le salió peor pues la
adjudicación directa a la empresa de muchos servicios ,y ademas sin excavaciones
previas, a la Guerra todo se le iba a parar, justo lo que no podía pararse.
De esta forma lo inexplicable se vuelve intendible cuando más se trata de informar.
Ahora en la pandemia en la que la desinfección es late
motiv, como explicar los cuatro millones cuatrocientos mil euros para el
equipamiento, no se entendería.
Como explicar la aplicación de granito poroso
en el suelo, pesadas puertas de apertura manual con pasamanos de mil manos y
sin guantes, siendo permanente foco de infección del coronavirus, y donde se deja la
climatización sin filtros ni renovación de aire con millones de partículas en
suspensión, no se entendería, no se explica.
En el Congreso de los diputados, cansa tanta castaña de
reproches, Sánchez explica lo que no le quieren entender y posiblemente ni él
lo entendería, le he escuchado varias veces en casi todas sus largas intervenciones, y
también a cuantos se suben al estrado, y
debe de ser eso que cuesta entender ese lenguaje de intereses unos por
permanecer, aun en la situación más dura, otros como Sánchez, el doctor Sánchez
hacer setas.
Un micológico experimento para salivar el triunfo como canes hasta que
llegaron nueva elecciones, a partir de ahí
los collares se encargan en guarnicionería, antes de que se pierda la profesión
y los provean del lejano oriente.
Mi compadre al saber que se me había roto el reloj coreano en la
primera semana del estado de alerta, y que ando mirando el móvil, coreano tambien, casi siempre
sin batería. Me llama para decirme que me quiere regalar un reloj, pues tiene
varios, y me manda una foto por wapsap, es de una prestigiosa marca suiza y
tiene la correa de cuero lo cual es una garantía mas tiene una particularidad que
no se entiende, pero que si se explica, acaso se entenderia, tiene un gran corona, justo en el lugar
equivocado.
Lo importante es que marque las horas. Dos semanas más de confinamiento,
el Sr. Sánchez debe de saber lo que hace, pero en el Congreso muchos no creen
que lo sepa.
¿Dará la hora? De Camberra. Hora de fuego de 19 a 20, yo no salgo
(a estas horas).
Sevilla a 6 de Mayo de 2020-
Francisco Rodríguez
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