viernes, 1 de marzo de 2013

El algodon no engaña



 

 Posiblemente lo de la Encarnación tiene más de apariencia en sus calidades de lo que se le presuponía,  pues no son lo que parecía ser. Bajo el disfraz de moderno puede observarse que estas no tienen las bondades que se le abonaban en sus costos, cuando menos, si a simple vista comprobamos que lo que nos aparece está muy por debajo de los cuatro millones de euros que se le pusieron encima incrementando, por la excelsa magnanimidad del doctor la partida de equipamiento.

Basta ver como el acero inoxidable se oxida con el paso del tiempo, dos años, y lo peor es que cuanto mas se trata de limpiar usando los productos adecuados, para este acero, con mas prontitud nos aparece el oxido, incluso aumentado de tamaño la superficie oxidada.

La señora que debe ser  una clonación de misterpropers, ha advertido que en la parte alta de la vitrina, hay que decir de estas, que por no se sabe que causa, se tomaron mal las medidas, y por consiguiente tienen una altura que resulta inadecuada, incomoda y desproporcionada, pues esta señora, la misma que cuando intenta ver los productos que se muestran, no hace otra cosa sino visualizar los cielos y las fachadas de los edificio que componen la embocadura de la Venera. Pero, ¿qué dirán que vino a observar? Algo que por su emplazamiento solo podía ser visible si se mira de abajo hacia arriba, y como su talla le impedía ver lo que estaba comprando, a su altura, no tuvo mas remedio que clavar sus ojos en la oxidación que tenia el acero inoxidable en un lugar de difícil acceso para su limpieza, un canalillo donde descansa el cristal. Un lugar inaccesible para su limpieza, que intentamos de inmediato, y por el que solo cabe la punta del cuchillo jamonero deslizando un poco de algodón hidrófilo del botiquín impregnado en limpiacristales.

No sale la oxidación, y cortamos una tirita de estropajo verde, para friccionar con ayuda de una pinza, y advertimos que el oxido va cediendo. Finalmente tomamos un trozo grande de algodón e incrustamos con ayuda de un gancho por la parte roma la cantidad que permite el espacio a limpiar y tras varias pasadas, el algodón no engaña, y sale perfectamente limpio.

Por el momento no se sabe cuanto tiempo puede durar este acero inoxidable sin que la oxidación haga de nuevo su aparición, pero seguro es que volverá y casi con toda seguridad con mayor virulencia, por lo que si en dos años de uso la vitrina inoxidable tiene diversas zonas de oxidación, cabe pensar que la duración de esta será breve, y por lo tanto tampoco ha ido de acuerdo con el alto montante que tuvo la asignación para el equipamiento de la plaza, por lo que serán otros los que vean una vez pase el periodo de “nuevo” la apariencia que tome así pasen veinte años.

Sevilla a 1 de Marzo de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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