martes, 12 de marzo de 2013


Aromas en el MOMA





Trato de intentar, después del tiempo transcurrido, poder entender una de las muchas frases-perlas que nos dejo el anterior alcalde. Pudiera ser que aquella de lo del mimo se lleve la palma, pero es esta trato de desentrañar en su misterio de la Encarnación de que lo de las setas quedara integrado en el paisaje como algo propio, y que las llegaremos antes que tarde a quererla hasta el punto de identificarnos con ellas. Su contundencia nos hace valorar el vaticinio.
De todo solo saco en claro lo de plaza de la mayor indignación, a menos que cuando dejó caer la lapidaria de que quedaran integradas en el paisaje, lo mismo temía que se cayeran, o que pudieran liquidarse como si de un Moneo, o un biblioteca se tratara. ¿Prado, o Alameda?
Como dijo el concejal en Nueva York, justo donde el buffet de perniles de Aroche hizo las delicias de la critica, es lo que hay, y allí permanecerá hasta que se caiga, que según se estima por algunos expertos no será de larga vida, por lo que la integración quedará en continua contaminación visual tanto del BIC de la Anunciación, como la afectación total a la fuente mas antigua de la ciudad. Miel, mistela, leche, y aguardiente, fuente de la Encarnación.
Otra cosa es lo de quererla, y no se hasta donde nos podemos sentir identificados con un proyecto que ni es sostenible, pues no colocaron las células fotovoltaicas obligatorias en los edificios públicos, e incumple la Ley de accesibilidad de las personas con discapacidad, y que no tiene estación para el metro futura línea 2, estación Metropol, ni para el tranvía.
Basta ver el pavimento tan desacertado que colocaron que a diario aparecen losas destrozadas y las fuentes bultos aun están por lanzar una gota de agua de sus surtidores, y en la noche que enciendan las luces.
Lo mismo ese cariño, solamente hacia el mercado, puede que me llegue mas bien tarde, pues no parece que tengan ninguna urgencia por hacer algunas modificaciones dentro de lo posible, pues son demasiadas personas las que buscan una puerta donde no la dispusieron, y por dos años en impasse hace temer lo que le importa a la responsabilidad, ya sea junta o por separado.
Que la escultura de la Diosa Ceres no regrese a la Encarnación, marca el tiempo, la metodología y las ganas, en las distintas áreas, así como también el dinero, que por el bajo costo, cabe suponer que no faltarían patrocinadores.
Sevilla a 1 d Febrero de 2013

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