Coincidencia
Se da nuevamente el caso de que cuando un medio local trata
de prestarme su ambó para que mis
palabras se puedan sentir incluso en lo más lejos, en lo más grande, y en lo más
alto, casi que fuera un lema olímpico de tal disparate, la Encarnación vuelve a estar en el candelabro.
Ocurre que un canal
de televisión alemana, me solicita para que forme parte, creo que de un
documental que vienen a realizar sobre las setas. Ni les cuento que estos teutones viene directo al grano, y es que les han
facilitado, no solo mi nombre, incluso mi teléfono y el mail, lo cual quiere decir
que ha debido de ser por alguien que me
conoce.
Como no puede ser de otro modo he accedido a colaborar, y no
me importara decir todo lo que pienso de
esta Encarnación descarnada, a la que en otra ocasión tuvo a bien filmarme otro
canal de televisión, en este caso era finlandés, y después de una hora de grabación,
largando todas y cada una de las “bondades” del polietapico proyecto, apenas
recogieron 10 segundos de mi amplísima intervención, en el montaje final de un documental de 35 minutos.
Cómo pueden imaginar, se me quedó esa carita que queda
cuando visualicé la copia que tuvieron la gentileza, y el detalle, de enviarme.
Al menos se me puede oír decir” es como un templo para los
sentidos”, refiriéndome a mi concepto de mercado de abastos, que dista mucho de
esta cosa que nos tocó sufrir.
Sin duda esta Encarnación es para sufrirla, apenas tiene la alegría
y el bullicio de plaza, y poco son los días para disfrutarla.
Ya se verá, si coincide la grabación alemana, con la participación
en el medio local al que según parece le
interés mi opinión al respecto, de todas formas solo variará en la extensión de
tiempo que disponga.
Creo que, para no dispersarme
mucho, ni hacer digresiones que puedan resultar de dificultoso entendimiento, y
también para no atropellarme en las intervenciones, solo me centraré en lo de
la puerta, y dejaremos descansar a la diosa Ceres, y omitiremos como al lucernario tendrá
que nuevamente que colocarle alguna medida de seguridad sin que sea nuevamente quien tenga que hacer la observación, al Ayuntamiento, a la concesionaria,
incluso al hermano mayor de la
Macarena , y salga de motu proprio de alguna de las
responsabilidades. De la escalera nada, de los olores nada de nada, de la fotovoltaicas,
y la fuente, que no salga palabra. Solo que se abra la puerta. Effetá.
Nada tendría que añadir a esta puerta que debería de
abrirse, in ictu oculi, con un fregolismo que trate de olvidar si era ábrete sésamo,
las palabras que abría la puerta, o acaso fuera effetá lo suficiente como para abrir los ojos ciegos de los que no quieren
ver como se abre la puerta, por descontado automática.
Sevilla a 18 de Marzo de 2013
Francisco Rodríguez Estévez
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