Errores y aciertos
El caso es que hasta la fecha, y después de mas de dos años
comprobando día, a día, los muchos errores que a simple vista pueden advertirse
en lo de la Encarnación
(donde mas de ciento veinte millones se emplearon) sin que por el momento se
lleve a cabo ni una sola actuación que pueda subsanar en lo posible, y mínimamente,
alguno de los mas notorios.
Si soslayamos los grandes errores, los de bultos, los que se
consintieron desde la responsabilidad, y la oposición y otros estamentos, por
cuanto eran de obligado cumplimiento por leyes, normas y reglamentos. Si nos
olvidamos de los técnicos, elección de materiales, puente sin seguridad, vulneración
de las alineaciones medievales, fuentes bultos, y no hacemos referencia al aprovechamiento comercial
del multidisciplinar “conjunto”, eso que ni es locomotora, ni sinergia y que
tantos bares ha hecho proliferar en zona anteriormente calificada de saturada
de bares y ruidos, nos quedaremos en que nunca esta premiada idea, estuvo, ni
tuvo, priorizando los usos que en el concurso, (puerto, puerta, plaza, mercado,
estación, aeropuerto, plaza mercado, puerta, y puerto) se le exigía a los
participantes.
No hace falta ni ser entendido, simplemente hay que pasar por
donde arrancan cualquiera de las llamadas setas, y nos aparece la chapuza. Pasear
por el camino en la nube, (que de esta forma se dispuso llamar al pasadizo metálico)
en estos días de lluvia es un eminente peligro de resbalón continuado, y ni les
cuento en cuanto tengamos las temperaturas propias del buen tiempo, pues siendo
el hierro además de buen conductor del calor, también acumula durante horas, sin
fotovoltaicas para aprovecharlo, y no intenten acabar el recorrido a esas
temperaturas, bajo el riesgo de quedarse pegado en la pintura derretida.
Suele pasar cosa semejantes, o parecidas, cuando no se proveen
las que determinaran el uso y jugando con tantos millones hay que improvisar
para acabar el caprichoso icono, con su poquito de ruina a salvo, y la otra,
pendiente de pago, para que quede claro el interés cultural.¡Mas madera!
Si llamar plaza a la azotea ya causa la mayor indignación, y
a la bifurcada escalera de poniente le ponen vallas con la clara intención de
que el publico no pueda hacer uso de lo
publico, no me queda otra que llamar plaza municipal de abastos a lo que tenemos,
y que por suerte la sacamos del sótano que le tenían previsto otras
corporaciones, con aplausos de placeros.
Ya me hubiera gustado que se hubiera buscado un buen emplazamiento
para la escultura de la diosa Ceres, al objeto de terminada la provisionalidad,
hubiera vuelto también con los placeros a la nueva Encarnación. Pero todo
parece que para esta foto los responsables no están por la historia, ni por la
cultura, ni por poner en valor una barreduela de cristal en la que como
incautos, a diario, demasiadas personas buscan una puerta para poder entrar, y
otras tantas intentado salir del laberinto.
Cierto es que existía una calle en la curva Sur, que permitía
llegar de un lado a otro, era una especie de travesía rara donde las haya,
incluido en Alemania, pero ha quedado convertida en un plis plas, en un nuevo
bar en la zona, prueba de que cuando quieren el fregolismo hace su aparición en
este lugar, al que también llamaron saprofitismo urbano.
Pero de todos los errores el que se hace más palpable por
cuanto es el público el que lo advierte, y con seguridad las cajas de los
placeros palmeros, es sin lugar a dudas, la aleatoria disposición de las
puertas. Cuatro están situadas en la calle sinuosa, y solo abren media hoja,
dos en el lado contrario, quedando, por este capricho, que no tuvo el menor
rigor ni estudio en lo que se refiera a la circulación interior de las superficies
comerciales, un gran desajuste que crea beneficiados y damnificados, cuando se
ha pretendido, sin fundamento, la unificación y participación sin
desigualdades, pues tanto la travesía central, vía de mayor importancia no
colocaron puerta alguna, la calle exterior queda sin circulación de publico y el
ángulo nordeste, totalmente fuera del ámbito de la afluencia del publico, la desértica
calle de poniente, sin que pase un alma. Bueno pues con todo no existe ningún
indicio de que estos responsables quieran ser sabios, ya que no están por el
momento dispuestos a llevar a cabo la mas minima rectificación.
No dejo de preguntarme ¿en que estarán pensando?
Sevilla a 8 de Febrero de 2013-
Francisco Rodríguez Estévez
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