jueves, 21 de marzo de 2013





 



 


En el agujero









En el agujero que llaman lucernario volvieron a poner la red. El absurdo vacio, es acaso el remate a modo de "filigrana de la nada"  de la escalera de poniente, hoy clausurada ante el temor que se acabe convirtiendo en  el lugar de ociopara la juventud, que  tal era la propuesta teutónica, tan aplaudida por aquel entonces.

Semejante “adorno” es en su sinuosa prolongación,( en lo de las setas todo es sinuoso), una barandilla,  que mas pàrece brocal de un pozo sin agua, donde la caída sobre el granito ni les cuento, y cuyo eliptico pasamano da inicio al la barreduela de cristal, justo donde demasiadas personas buscan la puerta inexistente que al antojo del alemán, se convierte en un engaño permanente.
Es algo corrregible pero que por el momento ninguna de las partes con responsabilidad tiene la menor intención de darle ninguna solución, ni por fácil que esta pueda ser.

El agujero, que ni es claraboya, ni tragaluz, al ser solamente un agujero, no está exento del peligro que cualquier tontería que pueda costar el asomarse.Sobre todo si a tomado mas de una cruz. No me fue fácil conseguir que se pusiera una red, ahora hace un año, pues a todas las partes puse en alerta de este riesgo existente, lo cual fue suficiente motivo que al colocarla sirviera para reconocer que aquello es un verdadero peligro diario y no solo en la Semana Santa.

El caso es que de inmediato quitaron la red,  y ahora la volvieron a colocar, lo cual evidencia una total falta de responsabilidad, por cuanto sabiendo que al retirarla no se evita el gran peligro que existe durante el resto del año.

Otra cosa seria que fuera lucernario fotovoltaico, que no vendría mal para la sostenibilidad, y cuando menos para que con el ahorro energético, poder pagar la puerta automática para cumplir la Ley de Accesibilidad.

Lo mismo también se puede poner un suelo de material traslucido y lo suficientemente resistente como para que pueda ser pisado, en parte, pues quedaría reducida la barandilla  en un recogido mínimo, un adorno en curva que marque el camino de la nueva puerta al coincidir con la travesía central del llamado mercado, y ni les cuento si al la columna existente se le retira todo el añadido de formica y colocamos a la escultura de Ceres. Pero eso es otro tema, estamos en lo del agujero, al que al menos por unos días, gracias a que pusieron la red, ha dejado de ser un peligro.

Sevilla a 21 de Marzo de 2013

Francisco Rodríguez Estévez


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