martes, 20 de noviembre de 2007

Encarnaciones de Sevilla

Con las carnes abiertas

Las cuentas vendrán mal dadas, si el día que dicen se acabara todo esto. No parece posible que en ciento noventa y cinco días se me ocurran las cuatrocientas y pico que faltan para llegar a las dos mil, para ponerle epilogo a esta aventura escrita.
No tendré más remedio que hacerme ver. Con el síndrome epistolar, no me quedará otro remedio que seguir con otras encarnaciones, que nunca faltan, aun sabiendo que ninguna será como esta, que de aparecer otra igual lo mejor sería hacer de político micologico en su trilogía de no escuchar, de no mirar, para no decir, y dejar que los días me pasen sin acelerar los latidos.
Pero cuando llegue Junio, todavía estaremos en lo de la Fabrica de Vidrios de la Trinidad, en ese intento para que no se derribe un edificio clave en la economía y en la historia industrial de esta ciudad, y que milagrosamente se encuentra intacto, para darle infinidad de usos. Estaremos en Velásquez por Sevilla, perseverando en que es posible reactivar nuestro museo, dotándole de un Patronato que incentive su actividad cultural y social, difundiendo y aumentando su legado patrimonial con incorporaciones pictóricas, básicamente, y logre el resurgir aumentando su dotación presupuestaria. Estaremos con la gente del Gordillo, con su ristra de problemas sin resolver, con Ecologistas en Acción, enfriando el cambio climático con actitudes responsables, Con Baetica Nostra, en su lucha constante, con todo mi cariño con Ben Baso, incansables en la difusión y protección de los valores patrimoniales, y dando todo el apoyo a Adepa, por su buen hacer por esta callada ciudad. Entenderé las razones de los ocupas de Casas Viejas, y a las viejas ocupas de San Bernardo. Reivindicaré para que vuelva Fleming, al lugar que estaba, buscaré a la Pomona perdida, y aplaudiré, sea donde sea, quede colocada la estatua del papa, aunque me parezca pequeña. Volveré a coger la pancarta, en cuanto se tale el primer árbol del Prado, realizaré cameos cinematográficos e incursiones televisivas, y seguiré cantando motetes y gori gori, por mis muertos y los tuyos, y seguiré escribiendo, seguro que seguiré escribiendo, pues no me faltaran ganas, ni “encarnaciones” para hacerlo. Pero tendremos que esperar al 5 de Junio de 2008, festividad de los Santos Bonifacio y Florencio para encomendarnos a ellos, que por los antecedentes, será con las carnes abiertas.
Sevilla a 20 de Noviembre de 2007
Francisco Rodríguez Estévez

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