sábado, 6 de octubre de 2012

Todo llega




Aun no había clareado el día cuando llegó, que todo llega, el joven carnicero que esta dispuesto a intentar que me retire. En el primer round, evidentemente quiere demostrar que nada le espanta, es joven, tiene ganas, y por lo tanto hay que valorar su actitud.

Ahora el dilema está en convencerme a mi mismo de que me quiero marchar, por mas que sea esta la hora, en un mal momento, para dejarlo.

Es ley que todo tiene su fin, y a pesar de que me creo que aparento veinte años menos, muchos me ven con diez años mas, cuando, hasta me dejan el asiento en los autobuses. Nadie quita que pueda prolongar mi actividad profesional en tiempo difícil, y no hacerme la vida difícil cobrando una pensión de autónomo.

Hoy, el público ha colmatado el laberíntico mercado y el bullicio se ha hecho notar al punto de que, hasta por algunos momentos, los clientes se agolparon para comprar en mi puesto. No me esperaba la avalancha, me cogió muy desentrenado y bajo de forma, lo cual hizo que no aprovechara la situación.

De vez en cuando levantaba la vista al cristal del fanal que no tiene puerta, y la casualidad hacia que en cada ocasión percibiera como nuevos incautos caían en la trampa de buscar la entrada inexistente, por más que tapado el agujero, parcialmente, una valla de obra y unas cintas de aviso no impedían que la traspasaran.

Lastima que no todos los días fueron como el de hoy, que me hace almorzar a las cinco de la tarde, a las cinco en punto de la tarde, como en los viejos tiempos, pues no hubiera dado lugar a pensar nada, y lo mismo ni se me hubiera ocurrido hacerlo en aquello de que llegará el día que lo mismo me tengan que divertir las partidas de dominó.

Como todo llega, lo mío se acerca, como San Martín al marrano que siempre tiene a bien garantizarle la jubilación forzosa de la que tantos se aprovechan.

Lo mismo para mayor jubilo llega lo de la puerta, y tenemos que postergar el sacrificio, ya que este sufragio solo tiene dos candidatos y las fuerzas están muy igualadas, pues si al joven carnicero no le amedrantan nada como candidato, abrir la puerta seria como si en el recuento de votos otra vez me correspondiera prorrogar el acta de un tiempo efímero de poder, que también se acaba. ¡Digo que si se acaba!

Las dudas ahora quedan centrada en saber si se logrará abrir la puerta para poder resarcirme, y permanecer en el cargo, y de otro, si el joven carnicero viene con algo mas que ganas, pues las mías, con días como el de hoy, me llevan a pensar, pues ni me lo imagino, que como será este puesto cuando se abra la puerta, que de eso podemos estar todos seguro, así tenga que llegar su apertura a como de lugar, ya sea este, u otro.

Cierto que siendo algo tan fácil, cuesta entender que no haya sido ya solucionado, pero es lo que tiene el misterio, en especial este de la Encarnación que solo puede ser aceptado desde la fe. Y yo lo creo.

Sevilla a 6 de Octubre de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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