viernes, 5 de octubre de 2012

En el agujero




Apenas llegadas las nueve, en el agujero de ayer, dispusieron enormes losas, del doble de grosor, en su alrededor.

Faltaba colocar el componente asfáltico en una mayor superficie, habida cuenta de que no se pudo localizar la raja por mas que se buscara, así que, por si las moscas, procedieron a taponar toda la parte de atrás del agujero, justo la que esta mas cerca del tholos. Soluciones. No se encuentra la raja, y se tapona el agujero. Su cara me suena.

Ni que decir tiene que por la desierta calle aun no había pasado nadie, y que por el contrario ya se contabilizaba por decenas las personas que buscaban la puerta inexistente.

En estas observaciones, y una vez que había desayunado, solo quedaba esperar la llegada de algún posible cliente para ofrecerle la amplia gama de productos de calidad, diría que en exclusiva, que se muestran en los expositores de cristal que para mala suerte refleja la luz solar y los hace invisibles.

Estoy por colocar un cartel vendiendo en lugar de exquisiteses de lechales, delicias de selecta, esencia de Sierra norte, caprichos de la Toscana y exelencias de calidade galaica, que ponga, SE VENDE CIELO,  ese que cuesta lograr y que pongo al alcance de las manos, el mismo que llena de azul las vitrinas, de grises, de negros, de blanco algodón de nubes, de limbos, de cumulos, y de rectilíneos chentrails.

El agujero negro está listo para hacer la prueba de impermeabilización, que no se escape una gota. Pónselo.

En estas distraccion estabamos absortos cuando una persona uniformada llega para preguntarme por la salida a la calle. Salida del laberinto, salida de emergencia en el callejón, callejuela sin salida, ni palante, ni patrás.

Ni que decir tiene que en el laberinto es fácil desorientarse. No debería de ser esa la causa de quien, por ese uniforme, debe de estar acostumbrado a prestar servicios, incluso a oscuras, pero lo de la Encarnación le ha descolocado.

Aprovecho, después de indicarle donde dispusieron la salida,  para preguntarle si acaso le trajo su sentido de la orientacion a buscar la salida hasta aquí, donde evidentemente parecería lógico. Pero lo malo es que en este mercado no lo dispusieron así, y hace referencia, según su parecer, que este es el lugar mas indicado para abrir una puerta, aunque solo sea por seguridad. Sentido comun.

Puerta que tendría que ser automática, por supuesto. Me anima a que formule al servicio una petición especifica sobre la necesidad de esta puerta, pues según me informa vendría un servicio técnico para emitir un informe en el que se indica los sitios preferentes que deben estar colocadas las puertas de un edifico, con mas motivos este que parece que es municipal, y por lo tanto las exigencias son máximas, y según lo visto, no le parecen que están colocadas sean las optimas, en especial, en caso de desbandada. Pura logica.

En el agujero negro han soldado el componente asfáltico que sella todo el lugar donde se buscaba la raja, tan inútilmente como la puerta de entrada, agujero sin salida, y ahora sin entrada, agujero estanco como el aplique que tuve que adquirir para sustituir al que el profesional de la empresa instaladora se le olvidó la goma. Un error de diez …..

Sigue el público intentando entrar por donde lo hicieron imposible mientras aquello se llena de agua para la prueba. En dos horas los operarios comienza a evacuarla, tal como si formaran una clepsidra humana, vertiendo en el husillo las cubetas que marcan los segundos.

El encargado de mantenimiento ha puesto por el momento solución a otro problema, por lo que durante toda la mañana ha estado enfrascado haciendo fotos paso a paso de lo realizado, lo mismo el lunes viene y con suerte le hace fotos al publico que busca la puerta, aunque mejor es un video.

Y quien quita que venga para abonar los gastos del aplique sin goma, o el ventilador desconectado. Dependerá de cómo le coja, lo mismo tiene la orden de arriba, y con tanto agujero negro el asunto lo tiene en el olvido, como Olvido, entre manos.

Sevilla a 5 de Octubre de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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