domingo, 21 de octubre de 2012

Sin fe




Su naturaleza, y los aires del Veleta le dieron la fuerza del león que representa a su tocayo ( que también escribía raro) para enfrentarse en esta corta existencia a todo lo que surge aun sin merecerlo. Cada día es una batalla ganada.

No es fácil entender los sueños convertidos en letras, y en cuaderno de otoño, cuando buscaba sin éxito la maldición, creo que ni siendo alumno predilecto de Freud, pude entender, a la primera, una buena interpretación de este onírico mensaje.

Posiblemente porque Luciferi, quedo traducido de inmediato en algo que tenia mas que ver con el diablo que con la diosa Ceres, Lux Cereris, y de igual modo Fanum, lo mismo me pareció que fuera fanal, así que llegue a confundir Sanlucar de Barrameda, con un diabólico receptáculo de cristal, y además sin puerta, y sin Ceres.

Continuando la lectura del bello texto, aun sin descifrar, alcanza el momento mas enternecedor con un poema (que lo mismo se lo acababa de inventar mi amigo) por cuanto deja en testamento literario, “que si alguna vez muero, ponme en un juanelo que remonte río arriba, surcando montes y campiñas, hasta los pies de la Alhambra, que quiero ver desde el Paseo de Los Tristes como llega la mañana.¡Pero que me dices!

Haciendo honor a la verdad, no me quedaba otra que pensar que un “juanelo”, no podía ser otra cosa mas que una pequeña embarcación de denominación local, que al igual que las góndolas venecianas, las trajineras de Méjico, e incluso las falúas de recreo, hacen recorridos rutinarios, pero de ahí, a que surque montes y campiñas, y, ¿como llegar al Darro, desde la desembocadura del Guadalquivir?. Estos poetas, se las traen.

Efectivamente no podía ser tal cosa, salvo que se tratara del artilugio de Juanelo, relojero que inspirado en la clepsidra de los egipcios remontó el agua del Tajo hasta Toledo, cuando aun faltaban mucho para que Nikola Tesla le diera uso a la electricidad que ya intuyo su existencia Tales. De tales y tales de toda la vida,

Todo esto me llevó a interesarme por aquello de Ceres, por lo que pude saber que el templo de Lucera, edificado en su honor, fue realizado por mandato de Lucio Tiberio, Rey dauno, fundador de la ciudad de Lucera, y resulta que Wikipedia dice que era un emperador ficticio, por lo cual como no queda claro esta historia de Lux Cereris.

A pesar de eso, algo debe de ser cierto, así resulta que esta diosa que sin duda retornará a este lugar que le dicen lo de las setas, antes llamado plaza de la Encarnación, le descubrimos que, con anterioridad, también tuvo la divinidad otro nombre, y como no podía ser otro su significado, “entronca” directamente con la Encarnación, Encarnacion de Sevilla, de madera en un principio, y en su final, que diríase pesebre y cruz, luz y sufrimiento, y no es otro el significado de Lux Cereris, que según la traducción etrusca no es otro que “ bosque de madera sagrada”. Lo mismo es cuestion de fe. Lo que son las cosas.

Sevilla a 21 de Octubre de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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