miércoles, 3 de octubre de 2012

Días en blanco




No siempre pasan cosas, me refiero a las dignas de mención, esas que puedan servir para escribir sobre esta multidisciplinar Encarnación, especialmente del laberíntico mercado con sus caprichos, léase deficiencias, dicho sea de paso.

No era improbable que a continuación de la averia que alguien se interesara. Así que tuve que sufragar los gastos del aplique estanco, suerte que todo quedó en eso.

Aplique que colocaron sin la goma de seguridad para la protección de la entrada de los cables eléctricos, y acaso como gracia, que es como se le llama por aquí al olvido, aunque no tenga gusto masturbardor, pues jode tela que al susodicho aplique de techo lo colocaran sin la goma que impide que el agua y la humedad pasen al interior del mismo, y por consiguiente se formó un bloque de hielo dentro del mismo, y como comprenderán, esto en el conjunto de los millones gastados que importancia puede tener, aparte de que el electricista fuera un manta, la empresa que lo envío, una irresponsable, y que decir del aparejador, del responsable de obra, de la empresa adjudicataria, y en su final de la gerencia de urbanismo que la recepciona, y la delegación de consumo, con todos sus asesores de por medio, cobrando, y que pasó, pues que a nadie, incluido el propio adjudicatario pudo pensar que esa negligencia se pudiera producir, con lo que había costado, por que no cabe pensar que se adquirieran materiales defectuosos, aunque lo parezca.

Tenia su dificultad, colocar el nuevo aplique, pues ni dejaron unos centímetros de cable con los que la manipulación se hiciera mas fácil. En peores escorzos me he visto, pero no era plan aumentar el gasto, llamando a un profesional, habida cuenta que no existe mantenimiento.

Había dado aviso por escrito al jefe de los servicios, y evidentemente no me hacia a la idea de que pudiera venir, menos para interesarse en el asunto teniendo tanto ajetreo entre manos. Otro olvido.

Debe de ser que en la preocupación propia del momento sucedan las distracciones, como le sucedió al electricista con el aplique, o a la misma Olvido con tanto gusto, pues en la vorágine de responsabilidades que el multidisciplinar exige, evidencia que atareado con el talento, se constata el talante, y no hay mas placer que salir en youtube.

El día se pasó en blanco, nada por aquí, nada por allí, como los pajaritos de Mariah José, o como la mano de René Lavand antes de levantar los cuatro ases, nada.

No se ni como se me ocurre pensar que pueda pasar algo favorable, suerte que se pasó el día sin tener que lamentar nada, salvo que se pasó otro mas, y en el laberinto, el publico siguió buscando una puerta.

Algo imperdonable, aunque mas suerte tuvo Olvido a la que su marido, confiesa que la ha perdonado, total, solo por meterle mano a la entrada.

Sevilla a 3 de Octubre de 2012

Francisco Rodriguez Estevez

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