jueves, 3 de enero de 2008

Encarnación sin autobuses (periodo de prueba)

Dialogo mudo
( Tanto que decir)

Mientras imagine que sigues ahí, que no te has ido, que permaneces para entender lo inteligible del asunto, estas ideas distaran mucho de quedar convertidas en un soliloquio escrito de vana utilidad, por lo que continuamos este dialogo mudo, pero no callado, que sobre lo de la Encarnación, ¡Ay Encarnación!,empezamos a trabar, entre la palabra escrita, con caracteres nebrijanos, y el confidente lector, cuando con su sonrisa advierte lo que esconde el disparate.
La deformación profesional del doctor, en excedencia, le hace tomar medidas medicas obligándonos a caminar para bajar los índices de glucosa y colesterol, tan alegremente, como los políticos nos prohíben el nocivo tabaco, que tanto recauda para el saneamiento de todos, pues todos somos Hacienda.
El disparate de las medidas es culpa de la artrosis, no de la peatonalización, pero las caminatas se las trae. Una vez alejadas las paradas de autobuses, a nada que se apaguen los cirios, llegar a la Encarnación, desde Osario, dejará para el arrastre a todo aquel que no disponga de una buena osamenta y una dinámica masa muscular, para recorrer los siete hectómetros que la separan de la nueva terminal.
El obligado paseo, con seguridad, restringirá su acceso a muchos clientes viandantes, con lo que además del azúcar, bajaran los arqueos de las registradoras, por mas tiempo del previsto.
El cajón de la interminable obra, de momento, no llevará el metro en sus entrañas, (que queda para otra ocasión, a pesar de que fue por su germánica solución objeto de premio, ni aparcamientos en su alrededor, que tantos puntos obtuvo del jurado la ingeniosa solución teutónica y utópica, del ya te veré. Naturalmente esperaran otra ocasión, tampoco es el momento. Así pues el almacén de acopio instalado en la calle, entre las dos plazas, ocupará por demasiado tiempo el excesivo espacio autorizado, sin reparar en los daños colaterales que sufrirán aquellos que tengan que multiplicar sus cansados pasos, por unas urgencias que se nos antoja improvisadas, de política de prisas, lo que deja un rastro de cacosmia, que lo de las phaloides semejara a un channel, canal abierto o de pago, como el recto, calificativo del proceder.
Francisco Rodriguez Estévez
Sevilla 8 de Abril de 2006

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