viernes, 4 de enero de 2008

En lo mas profundo, lo mas alto

Hágase la luz

A falta de las obligatoria celulas fotovoltaicas, en el enorme agujero horadaron mas de un centenar de boquetes para introducir tal numero de pilotes, a mas de veinte metros de profundidad, luego fueron diez socavones, diez crateres rellenos de hierro y cemento que apagaron el brillo de la Historia, dejandola prácticamente a oscuras.
Vigilando la gestacion, que en Mayo saldrá de cuentas, se dejará ver la mano del doctor en el parto micologico, de lo que sera un infortunado alumbramiento, incapaz de dar a la luz, si la encarnación esperada son phaloides, en cuyo caso la parida sea, que vengan por el lugar evacuante.
Hace unos días salió la noticia. Tratando de ponerle luz a la oscuridad, un tipo, por llamarle algo, colocó una lampara de alto amperaje en la profundidad del agujero negro de sus emisiones. Hay gente pa tó, tantas como oscuros agujeros, si bien, no a todos los que se tapan, cegados en la oscuridad, se les tienen que poner luz, y taquígrafo.
En cambio a otros, no hay forma de poder ver, por su sombrío cariz, como colocar una bombillita, una linterna, cuando un cañón sería insuficiente.
Por suerte para el susodicho que tenia ese pozo negro, pozo sin fondo, que no fue un fluorescente lo que instaló en semejante y húmedo reducto, pues, después de la operación, pudo comprobarse que se trataba de una lampara ecológica de luz fría, y por aquello de las circunstancias energéticas, afortunadamente, aunque se calentara, no llegó a encenderse.
Una vez retirada, después de los arduos esfuerzos que durante horas realizó el equipo de extracción, se pudo comprobar que su encendido era perfecto, para la adecuada reutilización.
El negro orificio, que tuvo que ser agrandado con tracciones mecánicas debidamente lubricadas, apenas quedó deformado (gracias a la forzada dilatación ejercida en los estriados pliegues de sus paredes), pero sin duda quedó, más que lastimado, bien jodido.
El iluminado, en sus declaraciones justifica lo actuado como una broma, a la que no supo calcular el alcance y la trascendencia, aportando que en cada contratiempo que surgía creía ver luces de colores, y que por su ombligo “QUAID” aparecía, en su “Desafío Total”, encarnado en su propia naturaleza.
En la onfaloscopica ensoñación podía ver, como en una alucinación de phaloides, el increíble parto de una encarnación surrealista, que aquello crecía y crecía (es de suponer que por los efectos del gato, naturalmente hidráulico), a tal punto que hinchado el paquete de la panza,por la introducción, tenia la impresión de que un pepino gigante le quemaba las entrañas, si bien es cierto que, con la anestesia empleada,apenas sentía el dolor,por lo que "aquello" le causaba.
El enorme agujero, tapado en la pesadilla por la falta de luz, quedó en la oscuridad, y solo serviría para criar champiñones.
El doctor, muestra la lampara a los medios gráficos, para que puedan verse los restos de detritus adheridos, procedentes de la cloaca, y satisfecho por su trabajo, declara que mas que un alumbramiento, ha sido el resultado de una aventura electrizante. Lo que se dice una torre de luz.Por la cual, se le vió el plumero..

Francisco Rodríguez Estévez
4 de Enero de 2008

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