miércoles, 9 de enero de 2008

El silencio de los placeros (Por seguridad)

Seguro, inequívoco y convincente

Resulta ciertamente absurdo, a estas alturas, temer represalias. ¿O, no? Acerca de la noticia de la demora de lo de la Encarnación, los medios tratan de conseguir una información, un parecer de los damnificados, pero solo encontraron el silencio de los placeros. La seguridad del silencio es inequívocamente un convincente seguro a las represalias, extraña actitud por los miedos, cuando creíamos que todo había cambiado, si todo sigue igual, y además no se explica.
El importante retraso que se anuncia para lo de la Encarnación, se justifica en esta ocasión por motivos de seguridad, lo que no deja de ser un argumento poco consistente en estos plazos de la actuación, pero al menos, la declaración vino a sacar al plano informativo, en todos los medios, este asunto de las setas de nunca acabar, a la que si junto a la previsible multa le acompaña una justa resolución.
Si lo dicho, oído y leído, indica que el desfase de dieciocho meses mas en esta construccion de despropósitos, lo ocasiona algo tan importante como es la seguridad laboral dentro de un blindado cajón de obra, hace pensar que la falta de previsión en seguridad debió de ser importante, tan importante como la ausencia de comprobaciones responsables, las que en su día tuvieron que realizarse, para haber detectado en las verificaciones de las plicas, las carencias existentes en esta oferta ganadora, y que lamentablemente causan este nuevo, no por inesperado, retraso.
La alta valoración establecida en el pliego de condiciones para la reducción de los plazos de ejecución, seguro que tuvo que poner en marcha la gran maquinaria de técnicos y especialistas en grandes obras, de la empresa adjudicataria, con experiencia contratada, que resulta harto complicado entender que se le pudiera olvidar la partida de seguridad, más tratándose de un concurso publico, donde todas las partidas, incluida la de seguridad, serían minuciosamente revisadas, lo que nos da una idea contraria a lo que se manifiesta para justificar un atraso, por mal que fuera previsible. Mal si no se examinó con pulcritud la oferta, y peor, si se hubiera omitido para reducir plazos y costos, al objeto de ganar la adjudicación, e incompresiblemente se coló.
Nada parecería mas sano para la higiene política que, desde la responsabilidad se explicara detalladamente, alto y claro, inequívocamente y consecuentemente lo de “la demora por seguridad”, así como una comunicación de la constructora sobre esta partida de seguridad, plazos y costos, su cobertura si tuvo, tiene, o no tiene, la que pudiera cubrir o afectar a la integridad de sus trabajadores, al transeúnte peatón, a la gerencia, a los responsables públicos, o a la propia empresa.
Y como no creo que eso de la seguridad fisica tenga nada que ver en este asunto, seguro, inequívocamente, y convincentemente a esto le está faltando la verdad, desde el principio, como para que se le tenga temor a represalias.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 9 de Enero de 2008

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