lunes, 21 de enero de 2008

Pasos de misterios, ¡Ay, Alameda!

La Trinidad, paso a paso

Suele pasar frecuentemente, que la vacua palabra de la responsabilidad no está sincronizada con la pauta burocrática, al menos, cuando aquella emplea el clásico “déjalo de mi cuenta”, con la que trata de “igualar”, lo que llaman desigualdades. Pues, no es lo mismo trabajo, que “trabajadera”, ni tragar que tragaderas.
A las trágalas es arrancado un compromiso, que (supuestamente) contraído, puede ser interpretado como que, además de que por fin aquella ha quedado enterada, existe ahora una sensibilidad solidaria, generalmente mostrada en crucial momento, para la causa expuesta, más cuando expresa abiertamente su adhesión, y despotrica contra los elementos perturbadores, a los que sin pudor califica duramente, para regocijo de la pequeña representatividad (de lo que se ha venido a llamar, colectivo, asociación, mesa, salvemos, plataforma), al oírle. “Todos por igual”
Así salen, de la reunión confortadora, imaginando un “está con nosotros” ilusionador, como un halo de esperanza, para aguardar con cierta tranquilidad que el asunto se resuelva favorablemente. Aquí, paz, y luego gloria, ¡Esta es!
Pero la cronometrica de los plazos no se detiene, no admite atrasos, y el vigilante desde la atalaya, en lugar de lanzarse al agua, si fuera de playa, lanzó un flotador pinchado. Izquierda atrás.
La plataforma Salvemos la Fabrica de Vidrio de La Trinidad, sufre en sus carnes, tal como carnes de una descarnada Encarnación, la incomprensión de los misterios. Siempre de frente.
La salvaguarda garantizada, para conservarla siendo una, que son tres, tres naves de la historia, tres carabelas a la conquista del pasado, tres naves para el futuro, tres naves a las que embarcar para no perder los destinos, está visto que no es suficiente cuando se tiene la incertidumbre de que no haya recibido la hoja de ruta con las indicaciones prometidas. Ahí quedó.
La plataforma salvemos la Fabrica de Vidrio de la Trinidad, teme, con las carnes abiertas, como las carnes de otra Encarnación, que no solo en cuestiones patrimoniales y culturales se anda cortito, en especial, cuando los misterios solo se entienden, como pasos, Ahí andamos, paso a paso, queriendo pensar que los misterios son inescrutable, a menos que se reinterpreten, para quedar como una mera especulación. Las tulipas talladas encierran la luz en los misterios.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 20 de Enero de 2008

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