lunes, 14 de enero de 2008

Un contratiempo, a tiempo

El bien y el mal

Es sabido dicho “que no hay mal, que por bien no venga”, motivo suficiente para pensar que a lo de la Encarnación puede ser que le venga bien esto, que no es del “todo” tan malo, si sirve para la reflexión.
Por eso, en este etapatico asunto, mal, que se pare, bien, si rectifican. Bien, cumpliéndose las normas, obligaciones, medidas, reglamentos, ordenanzas, y Leyes, mal, si estas se soslayan.
Bien si se alcanza la reacción, mal, si persiste el sonambulismo.
Bien, si aquello se incrementa un con gran museo, mejor que un aparcamiento, mal, si perdido del “in situ” mucho de todo lo que nos guardaba sus entrañas, peor, cuando aun permanece enterrada la iglesia paleocristiana, al entender de los que saben, la mayor joya.
Bien, recuperar un espacio público, plaza sombreada, mejor, con los benefactores efectos de naranjos y magnolios, mal, que esta sea en altura, privatizada y dura, peor, con metálica y plastificada umbría, sustrayendo el calido sol de invierno.
Bien, que después de tantos años de abandono el vacío sea recuperado, mejor si el mercado actúa como sinergia, mal, que se haya esperando tanto tiempo para semejante propuesta, peor, si tienen que crearse nuevos locales de negocios, cuando es una zona (Francos, Álvarez Quintero, Lineros, Rivero, Regina) donde, solo el caminar, no invita al negocio.
Bien, si se llega a construir esa estación para el metro, mejor, si llega tambien el tranvía, mal, si esto no se acomete de inmediato, peor, si suprimen las paradas de autobuses. Bien, si se recuperan las alineaciones, mejor con su genuina anchura, que permita el escaso estacionamiento en superficie, mal si mientras tanto no se realizan aparcamientos, peor, si creando desigualdades, solo se le permite el acceso a aquellos que dispongan de una economía como para adquirir una plaza de garaje.
Bien, que se diga que se está construyendo un mercado imposible, peor que se le llame de vanguardia, del siglo XXI, mal, disponiendo de espacio, hacerlo para cuarenta vendedores, cuando se duplica en numero los que resisten en la provisionalidad de 36 años, cuando se acabe, peor, no incluir a los nuevos negocios, locales financiadores, en integridad con el edificio al objeto de reducir costos y ampliar la oferta.
Bien, si se cambia el revestimiento de madera recubierto de poliéster, mejor, si la posible multa se acompaña con un reenvío directo a Finlandia, mal, si se vuelven a olvidar las celulas fotovoltaicas, peor, si desde la responsabilidad no se le hace llegar las indicaciones para evitar nuevos modificados, y por consiguiente nuevos parones.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 14 de Enero de 2008

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