Entera
No puede haber error, salvo el consentido, en lo de la Encarnación , pues los
responsables están mas que enterados de que lo de las puertas a lo que llaman
mercado es un verdadero desafío al la deficiencia,
y es que aunque quisieran no se puede hacer peor.
Otra cosa es que aun estando sobradamente informados y sabiéndolo
perfectamente, administración y concesionaria, que ambas partes, ya sea bien al
alimon, o por separado, una vez comprobado los efectos que origina esta
aleatoria colocación de las puertas, pues resulta incomprensible, que después de mas de dos años, que estas no hubieran
actuado, cuando menos optando por la solución de abrir nuevas puertas, y por
supuesto automáticas para cumplir con la
Ley de Accesibilidad.
Otra cosa es que no escuchen, e incluso cabe la posibilidad
de que no quieran oír. Seguro que, aunque son dos las responsabilidades en el
contrato entre partes que existe en lo de las setas, que estas no son mitades
de un todo por mas que la obligación de ambas sea entera cuando recae tanto en
una como en la otra, al menos mientras se entienda que la plaza municipal de
abastos de la Encarnación ,
es la parte publica no privatizada del polietapico y multidisciplinar complejo
de lo de las setas, icono de la indignación que también son conocidas como el
capricho.
Sobradamente saben que cada día continúan las personas
buscando una puerta justo donde al alemán ni se le pasó por la cabeza, pero que
el tiempo dice que era la mejor ubicación para colocar una puerta diríase que
principal, pues tendría una ocupación en donde estuvo otra, la de Neptuno, en
el demolido mercado.
Viene a recordar esto del mejor trazado y optimización del
recorrido al ingeniero burro, que no es otro que esa acémila que encuentra,
solo con su instinto, la mejor trazada para realizar un camino que una dos
puntos en un terreno escarpado.
Ni que decir tiene
que esto es una broma universitaria, de primero de ingenieros. Así me la contaron. Con esta premisa mas nos hubiera
valido el sabio burro para la garantía de la optima elección de las entradas y
salidas de esta laberíntica plaza municipal de abastos, supervisada por la
gerencia de urbanismo, y la delegación de consumo, pero no fue tal el animal
que para el acierto se dispuso ya que al tener como tal a este alemán que en
plana superficie, y galimatico diseño, no tuvo en cuenta las entradas y salidas
naturales, solo hizo para sus risas esta tontería, aparte de una barreduela de cristal, escaleras para
nada, huecos al vacío, monteras basurero, pasillos bar, husillos ineficaces,
puente sin seguridad, azotea para la indignación, mirador en perdidas, lo cual
generó tal vanguardia que los palmeros destrozaron sus manos batiendo el
aplauso a la modernidad.
Es posible que si la responsabilidad se entera, que no sea a
media, y bien por que escuche, mejor si lo comprueba que si los aplausos se
apagaron en su día, ya es tiempo de
poner soluciones, y nada mejor que comenzar instalando la puerta, sí, justo
donde la busca el publico, en la travesía central, lo demás, será seguir en la tontería.
Sevilla a 31 de Marzo de 2013