viernes, 6 de junio de 2014


Veinte euros no es nada

 

Bueno, aparte de que al cambio anterior eran dos mil trescientas veinte pesetas del ala, las mismas que volaron cuando me dispuse a abonar los seis euritos para la validación semanal de la primitiva que en cada jornada, buscando la suerte, pronostico números  imposibles. La señorita muy dispuesta en su cometido pasa el billetito azul por la maquina de la verdad y esta le dice que aquello tiene menos valor que el boleto de la jugada anterior.

Observo el billete, no me puedo creer que me lo hayan colado, tiene la marca de agua, el listado holográfico plateado, y aunque al pasar la uñita por el espacio con pequeñas hendiduras, cierto es que parece algo mas gastado, tanto, que hasta por la parte posterior se comprueba la mancha de tinta de las dudas que ha podido crear a todos los usuarios anteriores, victimas inocentes que encontraron la salida que de entrada no tengo.

No puedo más que conservar este billete, como anécdota, como enseñanza, pues no me encuentro con capacidad para hacerle circular.

Pienso, y no me explico como pudo llegar a mis manos en un día de tan penosa venta, y me quedo que fuera el turista suizo, que me entregó dos billetes de veinte euros. Ya no viene al caso.

Veinte euros no es nada, cuando este mes de Junio no me da respiro. Día uno, en el banco me descuenta la comunidad, y el recibo del seguro medico, y como extraordinario los recibos de contribución urbana, que vencen el  día 30.

Día dos, el taller del coche y la itv del mismo, incrementan los gastos, Los recibos de deceso, de dos meses, la inspección del gas, y la posterior reparación del termo por el taller oficial, mas el aviso del IBI de ultimo semestre, colmatan el día tercero. El cuarto me lleva de nuevo a la  delegación de hacienda, y para colmo pagar con recargo un aplazamiento con la diputación, amen del recibo del Opaef, de este primer semestre. La cosa no para.

Día cinco, San Bonifacio, ni salgo de casa, espero tomar un respiro, salir cuesta y tengo que cancelar aun algunas cosas antes del día treinta, y no olvidar que con fecha limite de pago para San Fermín, están los recibos pendientes del IBI, de los que tengo aviso. No me libro, se ha ocasionado urgente un pago en la comunidad.  

Sexto día de este mes de Junio, dedicado a Juno, nada por aquí, nada por allí, y es cuando buscando la suerte me encontré sin mis veinte euros, que ya sé que no son nada, pero que me han venido a demostrar que hay que revisar todos los billetes, pues este que por mas que parece autentico, no me veo poniéndolo en circulación. Más se perdió en Normandía, para ganar una puerta por la que entrar hacia la esperanza.

¿Qué son veinte euros? Después de estar mas de tres años perdiendo de forma continuada la posibilidad de ganar, e incluso de tener que ponerle muchos euros a este mal negocio que no me jubila, y que desesperadamente espera que se le instale una puerta.
Después de perder tantos días en la ilusión de que las responsabilidades de lo de la Encarnación, decidan que este lugar pueda generar las posibilidades que una puerta tendría en este sitio, ahora inhóspito, en el que alguna vez seguro que la instalaran. ¿Qué puede significar veinte euros?
 Lo mismo me llaman, (para lo del cafelito) y en tanto gasto, aparece la entrada, a ser posible automática, que digo, que no va ha ser todo pagar.

Sevilla a 6 de Junio de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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