Podía pensar que estos filtros tienen su cometido, pero en
ocasiones no me queda claro cuando no se utilizan si resulta que son inútiles, o
cuando su funcionamiento es para que no sea utilizado. Fistro de filtro.
Este martes en el que tengo que volver a la oficina de
hacienda, para llevar los documentos que ayer lunes me solicitaron, me encamino
temprano a tal destino.
Cuando las campanas del reloj de plaza Nueva dieron las
nueves me encontraba en el anden, y justo frente a la fachada del Ayuntamiento,
un numeroso grupo de personas en su mayor parte septuagenarios, despliega la
pancarta, y todos a una hace sonar todo tipo de bocinas y pitos alcanzando un
estruendoso ruido, pidiendo se solucione lo que es motivo de su airada
protesta, cabe imaginar que será justa y que habrán agotado todas las vías
incluidos los filtros que se interponen intencionadamente, para agregar mas
papeleo que dilatan en la ambigüedad cualquier atisbo de solución. El fistro tiene
su cometido. Las soluciones suelen ser más fáciles que los problemas.
Sigo caminado por la parte multiuso de los usuarios de la
avenida. En la puerta del afamado horno los trabajadores despedidos, hacen lo
propio con su desvencijada pancarta ante los clientes que toman el expreso con croissant.
Suenan las campanas de la
Giralda , en el silencio de este martes que las nubes filtran
la tibieza del Sol que ya se deja notar.
Un anciano pide en la acera compartida por veladores, motos,
bicicletas, y transeúntes, según muestra el cartel, para un chalet en Marbella,
y un Ferrari. Otro se limita a dar los buenos días, y un tercero solo muestra
un sombrero con algunas monedas. Se hace la avenida en esta temprana hora como
un filtro de Caridad. Una joven de color ofrece pañuelos de papel, con un
amable saludo y una preciosa sonrisa.
Llego a la
Delegación. El filtro de la puerta además de detectar los
metales de las llaves y el móvil, como es mi caso, tiene la misión de filtrar en
imágenes lo que contiene cuantas maletas
y maletines pasan por el túnel de la cinta sin fin.
Por suerte el filtro en el asunto que me trae se ha
suavizado, y es que no hay nada como encontrar una mirada amiga donde se advertía
aspereza. En el bistró de la esquina el café permite los comentarios aclaratorios.
Volviendo los pasos de regreso advierto que siguen los del
horno, en mayor numero, y la indigencia
peticionaria sigue a lo suyo, y en la puerta del Ayuntamiento, donde reclaman ruidosamente
los haberes de los colaboradores sociales, la policía municipal monta su
pancarta denostando al Alcalde, me imagino que conocedores del funcionamiento,
y una vez agotadas todas las vías y procedimiento de comunicación-
Son las 10 de la mañana, entro en la
Casa Grande con la intención de encontrar a
algún concejal de grupo de poder. En la puerta de la derecha, me indican que
debo de preguntar en la de la izquierda, en esta me devuelve a la puerta de la
derecha otra vez.
Imagino que la policía sabe de este fistro de maquinación. En
la tercera puerta a la izquierda dos personas, la primera es alguien que
conozco, y me lleva hasta este filtro que, como en otros tiempo, se antepone a
toda intención de poder llegar hasta donde esperaba hacerlo.
En el despacho insonorizado no se escucha la algarabía del
exterior, y al parecer no se encuentra ningún edil en la casa grande. Esfuerzo inútil,
tan inútil como la entrevista que filtra toda mi intención con argumentos que
llevan más de tres años de retraso.
Al menos este
encargado de la atención, que se muestra amable en su cometido tiene el
repertorio como sus atribuciones limitada y se ciñe en el procedimiento de
escrito y registro. Hay que añadir que cuando menos toma nota, algo garabateada, pero seguro que entiende sus letras, y lo mismo le viene a la memoria lo expresado. Mas no se si llegará solo a la papelera,
espero y deseo que no ocurra esta cosa, pues solicito contestación, mas cuando
lo que he ido a reiterar y se ha quedado en este filtro, algo que no deja de
ser una obligación, y que se llama
cumplir con la Ley
de Accesibilidad, y también recordar que se debe de aplicar normas sanitarias
donde no se llevan a cabo, y que todo,
por supuesto no deja de ser algo tan simple como instalar una puerta automática
en un lugar publico dentro del ámbito de obligación municipal.
Sevilla a 10 de Junio de 2014
Francisco Rodríguez Estévez
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