martes, 10 de junio de 2014


Fistro

 

Podía pensar que estos filtros tienen su cometido, pero en ocasiones no me queda claro cuando no se utilizan si resulta que son inútiles, o cuando su funcionamiento es para que no sea utilizado. Fistro de filtro.

Este martes en el que tengo que volver a la oficina de hacienda, para llevar los documentos que ayer lunes me solicitaron, me encamino temprano a tal destino.

Cuando las campanas del reloj de plaza Nueva dieron las nueves me encontraba en el anden, y justo frente a la fachada del Ayuntamiento, un numeroso grupo de personas en su mayor parte septuagenarios, despliega la pancarta, y todos a una hace sonar todo tipo de bocinas y pitos alcanzando un estruendoso ruido, pidiendo se solucione lo que es motivo de su airada protesta, cabe imaginar que será justa y que habrán agotado todas las vías incluidos los filtros que se interponen intencionadamente, para agregar mas papeleo que dilatan en la ambigüedad cualquier atisbo de solución. El fistro tiene su cometido. Las soluciones suelen ser más fáciles que los problemas.

Sigo caminado por la parte multiuso de los usuarios de la avenida. En la puerta del afamado horno los trabajadores despedidos, hacen lo propio con su desvencijada pancarta ante los clientes que toman el expreso con croissant. Suenan las campanas de la Giralda, en el silencio de este martes que las nubes filtran la tibieza del Sol que ya se deja notar.

Un anciano pide en la acera compartida por veladores, motos, bicicletas, y transeúntes, según muestra el cartel, para un chalet en Marbella, y un Ferrari. Otro se limita a dar los buenos días, y un tercero solo muestra un sombrero con algunas monedas. Se hace la avenida en esta temprana hora como un filtro de Caridad. Una joven de color ofrece pañuelos de papel, con un amable saludo y una preciosa sonrisa.

Llego a la Delegación. El filtro de la puerta además de detectar los metales de las llaves y el móvil, como es mi caso, tiene la misión de filtrar en imágenes lo que contiene  cuantas maletas y maletines pasan por el túnel de la cinta sin fin.

Por suerte el filtro en el asunto que me trae se ha suavizado, y es que no hay nada como encontrar una mirada amiga donde se advertía aspereza. En el bistró de la esquina el café permite los comentarios aclaratorios.

Volviendo los pasos de regreso advierto que siguen los del horno,  en mayor numero, y la indigencia peticionaria sigue a lo suyo, y en la puerta del Ayuntamiento, donde reclaman ruidosamente los haberes de los colaboradores sociales, la policía municipal monta su pancarta denostando al Alcalde, me imagino que conocedores del funcionamiento, y una vez agotadas todas las vías y procedimiento de comunicación-

Son las 10 de la mañana, entro en la Casa Grande con la intención de encontrar a algún concejal de grupo de poder. En la puerta de la derecha, me indican que debo de preguntar en la de la izquierda, en esta me devuelve a la puerta de la derecha otra vez.

Debo de indicar  que mi destino no era el que pretendía, pues se hace imposible y debo de cambiar a solicitar visita a la atención al ciudadano como paso previo para contactar con algún edil. Un filtro en la puerta para las llaves y el móvil, un filtro para evitar que se llegue hasta donde se supone la responsabilidad.

Imagino que la policía sabe de este fistro de maquinación. En la tercera puerta a la izquierda dos personas, la primera es alguien que conozco, y me lleva hasta este filtro que, como en otros tiempo, se antepone a toda intención de poder llegar hasta donde esperaba hacerlo.

En el despacho insonorizado no se escucha la algarabía del exterior, y al parecer no se encuentra ningún edil en la casa grande. Esfuerzo inútil, tan inútil como la entrevista que filtra toda mi intención con argumentos que llevan más de tres años de retraso.

 Al menos este encargado de la atención, que se muestra amable en su cometido tiene el repertorio como sus atribuciones limitada y se ciñe en el procedimiento de escrito y registro. Hay que añadir que cuando menos toma nota, algo garabateada, pero seguro que entiende sus letras, y lo mismo le viene a la memoria lo expresado. Mas no se si llegará solo a la papelera, espero y deseo que no ocurra esta cosa, pues solicito contestación, mas cuando lo que he ido a reiterar y se ha quedado en este filtro, algo que no deja de ser una obligación, y  que se llama cumplir con la Ley de Accesibilidad, y también recordar que se debe de aplicar normas sanitarias donde no se llevan a cabo, y  que todo, por supuesto no deja de ser algo tan simple como instalar una puerta automática en un lugar publico dentro del ámbito de obligación municipal.

Sevilla a 10 de Junio de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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