miércoles, 25 de junio de 2014


Miente, miente

 

Decía, en los tiempos tumultuosos, la tonadillera a su amante cachuli, que para no mostrar debilidad a la canalla prensa rosa, lo aconsejable era mostrar los diente, “Dientes, dientes, que eso es lo les jode”.

Una frase para la posteridad, digna de incluirse en la mejor de las agendas. El tiempo a puesto los puntos sobre las ies, y los dientes de la forzada sonrisa de una aparente felicidad, jodida, naturalmente de tanto amor, ha pasado a ser una mueca de mascara griega.

Miente, miente, gritan los policías en la puerta del Ayuntamiento hispalense, desplegando su pancarta. No tienen sus voceríos el seguimiento mediático que causaba en su día la amplia sonrisa de la pareja a la puerta de donde se originó la “malaya”.

Seguro que lo que jode, tal como suena, (del latín, futuere) es saber que, siendo Alcalde se le repitiera antes las cámaras, sonríe, sonríe, miente, miente, que es lo que les jode, entendiendo que joder según el Diccionario de la lengua, que queda entre los dientes, es fastidiar.

Así la policía jodida, o fastidiada, tal vez molesta, por las sonrisas “edilica” que evidentemente no son soluciones, como que  no tiene muy seguro si los dientes  del Alcalde marbellí, confirmado en los tribunales que durante años se llevó miente que miente, y algunas bolsas de basura, negras como la de los “bermejales”, tiene parangón en esta, por lo que ya hace tiempo que comenzó a crearse la desconfianza que los ciudadanos tienen con los que mienten una y otra vez, saquen los dientes, o te ofrezcan la sonrisa, para mentir, y mentir y volver a mentir.

Llevar mas de tres años, jodido, entiéndase fastidiado, y pensar que no te miente, diente, diente, tener el convencimiento de que el sabe perfectamente que la puerta es una obligación establecida por la Ley,  y que esta se incumple intencionadamente, es cuando menos cosa de diente, diente.

Llevar mas de tres años sin una puerta que eso si que jode, entiéndase que arruina todas las intenciones, sabiendo que esta puede tener una solución seria, y sin sonrisa, pero no deja de ser una mueca de la mascara histriónica.

La policía grita miente, miente, pienso que deben de tener sus motivos. El caso es que después de mas de tres años llevo apretando los dientes, y como que no se, por el momento, que mas puedo decir de lo de la puerta.

Sevilla a 25 de Junio de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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