lunes, 9 de junio de 2014



Un lunes más

Bach,  tocata y fuga. Banco, Ayuntamiento,  Correos , Hacienda  BACH, (suena la música)
 

Bien temprano, este lunes, tan distinto en las marismas, empiezo con las claritas la rutina de cada día. Son los lunes dias flojos y lo aprovecho para hacer varis gestiones, como en este. Es el empezar la semana la fecha mas propicia por cuanto todo tarda un poco más en desperezarse, todo está silencioso con un ritmo cansino, el que propicia una situación casi sin pulso comercial.

A eso de las ochos estamos preparados para iniciar una nueva jornada de trabajo, sin trabajo. Llego a lo de la Encarnación, después de sentir en mi piel, como cada día, el desagradable soplo  de aire caliente con el que saluda la vanguardia a cuantos quieren penetrar en el laberinto. Al minuto llegaron los operarios para iniciar la batalla contra las blatellas.

Mientras, preparo la documentación para que el banco me faciliten copia del documento que tengo por seguro pagado, ya que no aparece como deudor en la oficina de recaudación, y no queda otra de que si está descontado, pues no lo enviaron. Tengo hecha la previsión de llevar la documentación que falta al la delegación de hacienda y aprovecharé para certificar otros documento en la central de Correos. Espero volver antes de las 10.30. Dos horas,  

Me gustaría hacer una visita al grupo municipal del PP, pues tengo que pasar de vuelta por delante del Ayuntamiento, en cuya puerta la semana pasada se manifestaba la policía local, por si alguien del grupo popular, me sabría decir como va de solución la vía de lo de la puerta, o cuando menos, conocer si en la agenda está el llamarme, para lo del cafecito.

Creo que lo mejor será volver, como las hermandades de penitencia por el camino mas corto.

En la entidad bancaria soy el único cliente, los oficinistas están todos atendiendo las pantallas de su ordenador, por unos minutos nadie me atiende, en un despacho un joven me pregunta que si lo puede hacer, lo cual es evidente.

Parece que el ordenador va lento, y los datos que le proporciono que buscamos son del año pasado, tal vez Noviembre o Diciembre. No aparece el recibo.

Nuevo intento, llama a una compañera y encontramos una pista fue abonado en Mayo el primer semestre, ahora solo falta encontrar uno de igual cantidad. Nada. Otro intento, ha pasado 20 minutos, y por fin encontramos el recibo, por suerte pagado, había una diferencia de 1 céntimo, con respecto al anterior. Me facilitan copia de ambos. Una gestión resuelta.

Llego a la delegación de Hacienda con una carpeta de documentos, aun no están todos, mas creo que el celo del funcionario se excede, por cuanto me dice algo inexistente que el solo pudo advertir en su observación en la visita que efectuó. En su apreciación comete el error de lo que no es. Ni discuto, le doy una explicación lo suficiente clara como para sacarle de su error, lo cual determina que, aun le faltan más papeles, y sin reconocer que su vista le engaña, dejar este punto de vista, de su vista, en suspenso. Me alegro.

En la central de correos certifico la carta con el premio de la ternera gallega, dentro está el resguardo premiado y la factura correspondiente para que me sea abonada en la brevedad posible. Un error en el código es arreglado muy amablemente por la persona que esta tras la ventanilla 18. La cosa mejora.

Son las 10,45 y paso por la puerta del Ayuntamiento, no me detengo. Acaso el próximo lunes, un lunes mas que llevaré  al inspector, el documento de la vida laboral de los últimos cinco años,( por mas que no se que tendrá que ver) y que tengo que pedir, me han dicho que por Internet,  acaso sea el próximo lunes, un lunes mas, cuando se concluya esta minuciosa revisión.

Un lunes mas, y si no tengo ninguna respuesta acerca de lo de la puerta, que he vuelto a reiterar a la responsabilidad municipal, lo mismo me acerco a la vuelta, y aunque es posible que sin cita previa, y con tantas ocupaciones, no se encuentre allí ningún edil, no vendrá mal dejar constancia de mi visita, para saber en que vía de solución se encuentra lo de la puerta. Y lo del cafecito.

Sevilla a 9 de junio de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

 

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