lunes, 30 de septiembre de 2013


Que hacemos

 

Debe de parecer que se trata de una broma a tenor de las respuestas que al respecto me llegan sobre este penoso asunto de lo de la Encarnación. Una situación en la llevo tanto tiempo intentado hacerla comprender a las responsabilidades, lo cual no es nada fácil.

Es por lo tanto que no sorprende el silencio, pues la sorpresa acaso sea, después de tanto tiempo,  que la seriedad que conlleva el demandar una puerta automática, para que al menos se obliguen  cumplir con la Ley de Accesibilidad, que  nada se tenga  que decir.

Puede que sea por aquello de que las responsabilidades en lo de la Encarnación están compartidas, divididas al punto de que en ocasiones se tiene que echar mano del contrato de concesión para saber donde están las que corresponden a l ala concesionaria y  cuales a la administración, y en ese juego de algo que debe de ser serio, con las bromas se quiere,  uno por otro, ignorar la letra de la Ley. Es evidente que la de Accesibilidad es para cumplirla, pero por el momento, nada por aquí, nada por decir.

Cualquier persona que haya visitado el laberíntico mercado de la Encarnación con seguridad se habrá percatado de lo de la puerta inexistente, y también de lo de las puertas aleatoriamente situadas, y aplicando la tontería colocadas por pares. Pues de todo esto y otras deficiencias fácilmente detectables, tiene sobrada información tanto la responsabilidad municipal, como la que corresponde a la concesionaria, y a tenor de las respuestas que  ambas responsabilidades dan al cumplimiento de la Ley de Accesibilidad, pues como que mas parece que le dieran poca importancia lo cual seria mal asunto, o tal vez que dejando pasar el tiempo, la estrategia sea, tomarlo a broma. ¡Que podemos hacer!

Sevilla a 30 de Septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

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