sábado, 7 de septiembre de 2013


Sin derechos

 

En palabras de quien padeció la represión sufrir las condenas eran como medallas, pues la injusticia pudo privarle de la libertad pero nunca fue mas libre teniendo la palabra.

Vinieron los emisarios para hacerme llegar la comunicación a la que había llegado la asamblea de los placeros jugando a “cooperativitas”, y ni risa me dio la resolución que venia a poner a mi impoluto expediente esta medalla que ,como una  sentencia, me impusieron.

Solo me produjo una tristeza, casi del alma, saber que hubiera sido por unanimidad, que  no hubiera generado ninguna duda, ni un ápice de consideración de uno solo de los que ni me conocen, por más que mi conocido historial, acaso por ser el placero que más años lleva en activo. Duele el  desmesurado acuerdo tomado por estos “compañeros”, cuando con seguridad ninguno de estos que lo suscribieron tiene ni pajolera idea de las causas o motivos, para que, en mas de cuarenta años, fuera este el único expediente  iniciado que tuviera esta resolución de general complacencia. Una medalla.

Las estadísticas dicen que el fracaso escolar empieza cuando a los niños se les pasan de clase sin saber leer, y  sin esta premisa se hace imposible la comprensión de los textos, por cuyo motivo apenas alcanzan aprobar alguna asignatura son solvencia.

Estoy convencido que estos que escondidos en el grupo ejecutan sumarísimas decisiones, ni leyendo mil veces serian capaces de entender el texto del articulo que tanto revuelo causó, pienso que sorprendentemente, por cuanto este era fácilmente comprobar que tenia nombre y apellidos en su autoría, y evidenciaba con claridad meridiana que se decía y quien lo decía.
El articulo periodístico editado en un medio de gran difusión local estaba realizado por un profesional, y ni que decir tiene que  siendo un trabajo de contenido tan acertado  podía suscribirlo en su totalidad.
 

Esta medalla en mi expediente me posibilita tener la excusa justa para dejar de asistir a las asambleas, donde ni se pueden imaginar las luces que alumbran, y que decir del desarrollo de las acciones que se acuerdan para el mayor beneficio de la sociedad. Placas y relojes. Esto tampoco me da la risa, pues me entristece la ineficacia existente donde hay tanto que hacer.
Cierto es que mi desacuerdo con la forma  de gestionar esta cooperativa inoperativa y fuera de lugar, sin objetivo social estatutario, y con la aplicación de otros procedimientos que acrecentaron  mas dudas que confianza, desde hacia tiempo, motivaban que me alejara de esta, y sin presencia, que puede importar no tener voz donde la sordera no te escucha, ni voto donde tanto pucherazo se cocieron.

De ejemplar me consideraron el merito de haber llevado mi voz, la que ahora los placero me niegan, hasta foros como la Universidad de Sevilla, los Reales Alcázares, Ateneo de Sevilla, Circulo Mercantil e Industrial, Colegio de Abogados, Sala Villasis, Facultad de Bellas Artes,  Sindicatos,  medios de difusión, prensa, radio, y televisión, y en cuantos sitios me fueron posible

Sin voz, sin voto, y para realzar mas la ejemplaridad y hacer mas grande el tamaño de la medalla que estos me otorgaron por unanimidad, me suprimen el derecho de ser elegible en el plazo de un año, cosa preocupante cuando las próximas elecciones están previstas para dentro de tres, todo un contratiempo, y aun una privación mas, el lacerante acuerdo me suspende que sea elector, y la verdad es que si así lo contemplara la Ley, pues como que esta será la mejor opción que hacer en tal día,  mas cuando lo mismo para esa fecha, acaso ya sea todo una comunidad de usuarios.

Sevilla a 7 de septiembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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