Ocho que ochenta
Los indicadores de la situación nos hacen ver que estamos en
ese punto que a estos les da igual ocho que ochentas.
A decir verdad no se ha alcanzado todavía los ochenta casos, pero cada día superan ampliamente el número de ocho las personas que buscan la puerta inexistente.
A decir verdad no se ha alcanzado todavía los ochenta casos, pero cada día superan ampliamente el número de ocho las personas que buscan la puerta inexistente.
Surge pues, la posibilidad diaria de hacer llegar esta
circunstancia a cuantos pudieran tener la responsabilidad, por mas que sin ser
ni ocho, ni mucho menos ochenta, son tantas las veces que he reiterado esto, que con menos
alguien debería de estar enterado y en cambio parece, por los resultados obtenidos, que nadie
sabe nada.
Esta situación que se hace inexplicable me lleva a la continua petición en la confianza de que alguna les llegue, y es por lo que se las envío a ambos, aparte de todas mis direcciones de correos, pues es evidente que son solo dos las responsabilidades que gestionan el asunto de la plaza municipal de abastos en el metropol parasol, y como responsables directos, lógicamente, se encuentran al frente las dos personas que asumen la totalidad responsabilidad. De sus partes, con perdón.
Esta situación que se hace inexplicable me lleva a la continua petición en la confianza de que alguna les llegue, y es por lo que se las envío a ambos, aparte de todas mis direcciones de correos, pues es evidente que son solo dos las responsabilidades que gestionan el asunto de la plaza municipal de abastos en el metropol parasol, y como responsables directos, lógicamente, se encuentran al frente las dos personas que asumen la totalidad responsabilidad. De sus partes, con perdón.
Ambos representan a las partes que se le supone pueden
decidir. Son otras partes, una por delegación es autoridad máxima de la parte municipal, la otra
persona es un profesional de la gestión y asume, como gerente de la
concesionaria, todo el poder de su parte para solventar el asunto.
Así pues conocido los intervinientes, y sobradamente la intervención que se solicita, (la puerta automática, y la idoneidad del emplazamiento) preocupa sobremanera la coincidencia y el sincronismo de silencio que mantienen al alimon, y sorprende que ambas personas, tan distantes en sus intereses, se mantenga en una actitud pasiva y sin dar respuesta razonada, pues no haría falta que, aun en el misterio, las hicieran hermenéuticas.
Así pues conocido los intervinientes, y sobradamente la intervención que se solicita, (la puerta automática, y la idoneidad del emplazamiento) preocupa sobremanera la coincidencia y el sincronismo de silencio que mantienen al alimon, y sorprende que ambas personas, tan distantes en sus intereses, se mantenga en una actitud pasiva y sin dar respuesta razonada, pues no haría falta que, aun en el misterio, las hicieran hermenéuticas.
Todo hace indicar que ni ocho, ni ochenta, ni tan siquiera
ochocientas misivas, cuando se advierte que no existe voluntad en resolver este
asunto de la puerta que se reitera con sobradas razones.
Podría argumentar hasta
lo inexplicable, pero como es seguro que nadie lo entendería, por eso cabe la posibilidad
de que en la responsabilidad crean que la cosa se solucionará por si sola, como
que no va con ellos, o lo mismo puede ser que piensen que de esto no se entera nadie. Por
suerte no todos los lectores piensan igual.
Sevilla a 18 de Septiembre de 2013
Francisco Rodríguez Estevez
Francisco Rodríguez Estevez
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