jueves, 26 de septiembre de 2013






Negaciones

 

Disimulando, queriendo estar allí para enterarse, como si lo de la Encarnación no le importara lo mas mínimo, negó la mayor cuando canto el gallo. Sucede  a veces, que aunque no se quiera la gente se fija en las caras, y pueden reconocer al mas pintado, tanto en las luces como en las sombras, e incluso con los reflejos del fuego de una hoguera crepitando. ¡Más madera!

Hoy, como ayer, como antier, y como otros tantos días pasados salgo en busca del responsable de mantenimiento de esta Encarnación apagada, con el vano intento de obtener de el la respuesta, y a que negarlo, cuando es evidente que no la tiene.

La respuesta tiene que venir de donde no contestan, y sin contestación el no tiene respuesta que darme, eso si al menos pude escucharle dando el cante. La debilidad de su voz se hace fuerte gritando, todo un gallo,¡ America, America! que mas parecía Rodrigo de Triana.

Estas reiteradas negaciones han dejado al gallo más que ronco, a tenor que no se le escucha, por más que se encadenen las mentiras del silencio.

Podría enviarle una carta, otra, y otra, y otra más a Juan Ignacio para que me disponga cuando tenemos  ver lo de la puerta. Le podría  reiterar a Gregorio mi fraternal petición para que esta Encarnación de errores vislumbre una salida coherente a la Venera.

 Aunque sirviera de poco, le enviaría una nueva petición a Juan García, director de la oficina municipal de Accesibilidad, para que en este espacio municipal, se cumpla la Ley que afecta a las personas con discapacidad motriz. De igual manera se le enviaría a María de Mar Sánchez, la que pudiera motivarle traer a la escultura de Vasallo, la diosa Ceres, para embellecer con su retorno la puerta de la travesía central. Otra mas tendría como destinatario Beltrán Pérez, de Participación Ciudadana, que como conocedor del tema, quien quita que no tenga este asunto participativo para la mejora de los usuarios, y de paso copia a  José Miguel Luque, al que pude sacar del laberinto en una visita particular, y que perfectamente reconoció como es la cosa de complicada en este mojón (léase hito) pues parece que le hicieron por donde sale .

Estoy por decir que por esta vez no le haría llegar ninguna nota a Amidea Navarro, Delegada del casco antiguo, donde se encuentra en planta baja este lugar de complicado diseño, mas de galería que de mercado, pues ella, salvo la respuesta, tiene mil veces formulada la petición, por registro, por escrito, telefónicamente y verbalmente. Pienso que está totalmente de acuerdo con esta petición, y que debería de ser una exigencia para ella, y su responsabilidad, pues este edificio público pertenece al distrito  que gestiona, y  todo lo que sea mejorar lo público es calidad de vida para los ciudadanos.

 Sin duda todas serán negaciones, y ni tan siquiera cantará el gallo, pues se da que por todas las misivas estas  tendrán la respuesta del silencio, pues de otra forma no se notaria si da el cante.  

Tenia pensado no enviarle nunca mas esta petición al responsable de la concesionaria el Sr. Peláez, pues después de tantas, pienso, y eso es a mi parecer, que no se haya abierto allí una puerta tiene la connotación propia del desinterés, impropia en cuanto se dice  desde la responsabilidad eso de mejorar los aspectos comerciales, cosa que en lo privado es  causa fundamental, pues donde se ha visto que no exista una puerta automática justo en el lugar donde cada día la busca aun después de casi tres años un considerable numero de personas, y que por el ridículo costo de esta, solo se puede pensar negando conocer a la Encarnación.

¡ No  se de que me hablas! Por esta vez,  no canto el gallo a Pedro, pues era el gallo de Sócrates,


Critón buscó una piedra, apuntó a la cabeza, y de la cresta del gallo salió la sangre...
El gallo de Gorgias perdió el sentido, y al caer cantó por el aire, diciendo:
-¡Quiquiriquí! Cúmplase el destino; hágase en mí según la voluntad de los imbéciles.
Por la frente de jaspe de Palas Atenea resbalaba la sangre del gallo.
Sevilla a 26 de Septiembre de 2013

 

 

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