Junio de 2004
Me dice un amigo, al que gusta leer lo que escribo, que me
tome un descanso.
Entiende que ha sido más que suficiente el esfuerzo
realizado, y que con toda seguridad, el que se ha querido enterar ha tenido
oportunidad de hacerlo. Ha llegado el momento de aguardar el resultado del
fallo, y si este, puede ser asumido por la administración.
Resulta difícil encontrar ese positivismo que en ocasiones
se me pide, cuando las propuestas seleccionadas son las que son. Cuando estas
han hecho buenas a las denostadas propuestas y proyectos anteriores, agua
pasada no mueve molinos. El presente es este, aparece desolador pero es el que
hay. El azar ha jugado en el asunto, aunque pensaba que este era un asunto serio. En el solar,
calificado como el mayor dentro de los centros históricos de Europa, se dejará
realizar, no una buena propuesta, si no la menos mala de las que se han
presentado, tal vez la mejor de ellas, a juicio de los representantes técnicos
de un jurado.
Difícil de entender, fallar para fallar. Difícil papeleta.
Difícil votación. El apretado calendario, una vez acabada la exposición
publica, precipitará la designación del ganador, sin que se tenga el reposado
estudio que se merecen cada una de ellas, y la reflexión ponderada para emitir
sin urgencias las valoraciones. Diez propuestas seleccionadas y modificadas que
optan al primer premio del concurso internacional de ideas para la Encarnación , y al
parecer tendrán en la prisa, la eurovisiva metodología de puntuaciones.
Propuesta uno.- tri puan-. La máxima puntuación gana el festival. Fallido
fallo. Mi amigo me dice que deje de escribir, el no sabe cuanto dejo.
Francisco Rodríguez EstévezSevilla 9 de Junio de 2004
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