El proyecto de la epatante cubierta, caprichoso, polietapico y
multidisciplinar, con calle comercial integrada como prolongación de la 5ª avenida
neoyorkina, y plaza municipal de abastos incorporada como sinergia del sector,
y locomotora del comercio degradado, e
impulso natural de los multiusos prevenidos, tanto culturales, de vanguardias, políticos, mitineros, históricos
y arqueológicos, estratégico punto de encuentro para la juventud, lugar de
dispares eventos y mirador socializado, pues como que por el intento de abarcar tanto se diria que quedaron demasiadas
cosas si arreglar, tantas, que ademas de que no se arreglan, el tiempo nos
indica que ni hay quien las arregle.
Como cada mañana, para acceder al laberintico mercado hay que hacerlo
por una rampa de rodamiento de vehículos que lleva a la zona menos uno,
destinada a la carga y descarga pero que queda convertida en aparcamiento de asignación
caprichosa, un empinado descenso por el que no puede ser autorizado el paso a
peatones.
En todo caso, basta esperar a que el empleado mutilservicios deje su actividad como control de vehiculos y suba para retirar las vallas que dan acceso a la sinuosa calle y apile las planchas de
cristal sujeta con rieles aéreos guardándola en un sistema manual digno de
primeros de siglo pasado.
A nada de abrir las puertas, aleatoriamente colocadas en una disposicion doble y absurda, se advierte el golpe de calor y los efluvios de la concentración
de olores, todo parece indicar que el sistema no aguanta tanta demanda.
Tanto es así en la modernidad, que las puertas se atrancan
con barras de hierros, y la alcantarilla, como siempre hasta la boca.
Hoy era un día en el que podía contar de todo, por la
cantidad de cosas que fueron pasando desde la observación, e incluso al escuchar
otras historias de esta Encarnación de la que tanto se ignora, pues seria harto
difícil conocer la verdad de todo lo acontecido, con independencia de comprobar
a diario, una vez en este galimatico lugar, la gran cantidad de errores que son
fácilmente detectables para que sean soportados en una plaza municipal de
abastos.
No era día propicio
para discutir, ni discrepar, se dio así, por mas que en mi sangre tenga mi
propio antagonismo, como el día de hoy, día de Júbilo y día de ausentes en mi
olvido, día de profundis al recordarlo, día
de verano, día de recuerdos, día de incomprensión.
La prestigiosa bodega Barbadillo, Sierra de Sevilla, a
tenido a bien invitarme a participar en
unas jornadas gastronomicas a celebrar en Sanlucar de Barrameda, Luceferi
fanun, donde no faltara el altus ibérico.
Sevilla a 25 de junio
de 2013
(San Guillermo)
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