Cruz
Tiene siempre Mayo,
mes de la flores, mes de María, al que le hemos consumido su tiempo, es decir
el nuestro, que en esta ciudad de pasos, los niños hagan pasitos, y a decir
verdad anduvieron escasos, acaso ya ninguno se atreve a llevar un cortejo de tres,
un costalero, un capataz, y otro tocando una lata vacía de de tomate pera.
Mes de procesiones, y romerías, que enlazará este año que la
crisis económica ha tocado fondo, con todas las que están previstas en Junio,
mes de la diosa Juno, que ha comenzado con la apertura de la puerta de la Esperanza.
Pero es en Mayo cuando faltos de esperanza el Pumarejo
celebra su “cruz”, e incapaz de entronizar la de los mayores sufrimientos para
la redención del mundo, símbolo de madera en la que finalmente acabó la Encarnación , con la
mayor indignación y sin puerta.
Esta que la casa coloca en el lugar privilegiado, lugar
libre de puntales, esta realizada con flores, y esta cruzada a modo de la que
se conoce como la del mártir San Andrés, tiene forma de aspas, algunos en su
agnosticismo dicen que es el signo aritmetico y mutiplicador "por", y reivindican cientos de por, y porqueses, que
lleva la casa de Pumarejo soportado en evidente martirio.
El patio de las columnas de caoba se engalana con las
cadenetas de banderitas como caballos de viento, pero no se hacen peticiones,
pues todo esta decidido en la casa con una filacteria de sufrimiento asamblearia
para que en cada momento recuerde la
conjura como un tatuaje efímero y quede
marcado en la piel “lo hacemos nosotros”, pues existe el convencimiento de que
todos los que vengan, después de tantos años, solo vendrán a destruir nuestro
sueño.
En el patio cruz de Mayo, equis, o por, el teatro da inicio
a la velada que recaudará fondos para alcanzar pequeños objetivos, pues en esta
casa grande nunca se esta para el dispendio que otras mas grandes tienen. El
ambigú se llena a rebosar pues por un euro el montadito de chorizo picante con
cuatro rodajas obliga a tomar otra “cruz” que palie el abrasador efecto del pimentón
que fundió en grasa ibérica por las sierras de Salamanca, que mas parecía que
procediera del mismísimo infierno. A decir verdad, de siempre habría creído que
la lengua de fuego es cuando se aparece de nuevo la Encarnación a sus
asustados seguidores. Esto a debido ser un aviso y pienso que todo se debe a poner
una aspa por cruz. Un castigo. Para el próximo evento en las previsiones tendremos
en cuenta y echaremos pavo, por aquello de una nueva llegada de la Encarnacion, y otros por lo de la pandereta.
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