domingo, 2 de junio de 2013



Cruz

 

Tiene siempre  Mayo, mes de la flores, mes de María, al que le hemos consumido su tiempo, es decir el nuestro, que en esta ciudad de pasos, los niños hagan pasitos, y a decir verdad anduvieron escasos, acaso ya ninguno se atreve a llevar un cortejo de tres, un costalero, un capataz, y otro tocando una lata vacía de de tomate pera.

Mes de procesiones, y romerías, que enlazará este año que la crisis económica ha tocado fondo, con todas las que están previstas en Junio, mes de la diosa Juno, que ha comenzado con la apertura de la puerta de la Esperanza.

Pero es en Mayo cuando faltos de esperanza el Pumarejo celebra su “cruz”, e incapaz de entronizar la de los mayores sufrimientos para la redención del mundo, símbolo de madera en la que finalmente acabó la Encarnación, con la mayor indignación y sin puerta.

Esta que la casa coloca en el lugar privilegiado, lugar libre de puntales, esta realizada con flores, y esta cruzada a modo de la que se conoce como la del mártir San Andrés, tiene forma de aspas, algunos en su agnosticismo dicen que es el signo aritmetico y mutiplicador "por",  y reivindican cientos de por, y porqueses, que lleva la casa de Pumarejo soportado en evidente martirio.

El patio de las columnas de caoba se engalana con las cadenetas de banderitas como caballos de viento, pero no se hacen peticiones, pues todo esta decidido en la casa con una filacteria de sufrimiento asamblearia  para que en cada momento recuerde la conjura  como un tatuaje efímero y quede marcado en la piel “lo hacemos nosotros”, pues existe el convencimiento de que todos los que vengan, después de tantos años, solo vendrán a destruir nuestro sueño.

En el patio cruz de Mayo, equis, o por, el teatro da inicio a la velada que recaudará fondos para alcanzar pequeños objetivos, pues en esta casa grande nunca se esta para el  dispendio que otras mas grandes tienen. El ambigú se llena a rebosar pues por un euro el montadito de chorizo picante con cuatro rodajas obliga a tomar otra “cruz” que palie el abrasador efecto del pimentón que fundió en grasa ibérica por las sierras de Salamanca, que mas parecía que procediera del mismísimo infierno. A decir verdad, de siempre habría creído que la lengua de fuego es cuando se aparece de nuevo la Encarnación a sus asustados seguidores. Esto a debido ser un aviso y pienso que todo se debe a poner una aspa por cruz. Un castigo. Para el próximo evento en las previsiones tendremos en cuenta y echaremos pavo, por aquello de una nueva llegada de la Encarnacion, y otros por lo de la  pandereta.

No hay comentarios: