sábado, 15 de junio de 2013


Excusa

 

Nadie me ha pedido ninguna explicación sobre lo ocurrido en el asunto de la filmación, y  con seguridad posiblemente como excepción la ofrezco. Al menos en esta ocasión nadie puede decir que tal conducta revele una accusatio manifesta.

Cierto que salí  escaldado, pues que se realizara la filmación en la carnicería, situada en  la solitaria calle sin público y sin puerta de entrada, donde a duras penas trato de sacar adelante la perversa situación de una débil economía, me vendría muy bien para difundir la localización del establecimiento, mas si me facilitaban un trozo de la grabación para darle un posible uso publicitario.

Ni lo uno ni lo otro. Aparte del enfado inicial, el disgusto me hizo ver que no dejé la cosa lo suficientemente aclarada, y por ello se  tuvieron las consecuencias, por fortuna solucionadas, pero es que el despliegue logístico de la filmación me desbordó en sobremanera. De todas maneras creo que esta experiencia al menos me sirvió de algo, y no solo por la ilusión de las imágenes creadas para colocar una puerta en el lugar que deberia de existir, también por la enzeñanza, pues en la colectividad de la colonia hasta el pájaro bobo sabe donde puede poner sus huevos.

Pero lo de la puerta no tiene ninguna excusa, hoy, me encontré con el doctor López, mi medico de cabecera, iba acompañado de sus padres, pues habían venido para conocer esta plaza de abastos, y que por su dificultoso trazado tuve que acompañarles hasta mi lugar de trabajo.

Su madre estaba encantada con el bullicio de la calle central, y se apenó mucho al ver la solitaria calle donde pudimos hacer el corro de la conversación. En cambio su padre, octogenario, y aun  fortachón, no lo dudo ni un instante, y sentenció al ver aquello, ¿Pero como no han puesto aquí una puerta?

Con mejor visión que los placeros, autónomo comerciante de mil experiencias, me quería hacer ver que si se colocaba allí una puerta seria mucho mejor para el resto de los comerciantes, y también para el publico, que evitaría los rodeos y la desorientación que allí se produce sin puerta de referencia en la calle central.

Guardé silencio, mientras me daba una amplia argumentación sobre las ventajas de colocar allí una puerta. Era una manifestacion de saber.

 Han quedado en volver, posiblemente los martes, puede ser un día que les vienen bien, y no me quedó otra que darle las gracias por advertirme lo necesario que se hace colocar allí una puerta.  Le he dicho que he tomado buen nota de sus sabias indicaciones y que se las haré llegar con una nota tanto a la concesionaria, como a la administración, acaso lo haga también a algún medio de difusión, y es que esta es una buena excusa para escribir al respecto, una excusatio non petita, pero sin duda es una acusación  manifiesta, manifiesta, manifiesta.

 Sevilla a 15 de Julio de 2013

 Francisco Rodriguez Estevez

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