lunes, 3 de junio de 2013


En la mesa

 

Buen provecho, y buena puerta. Con este mensaje, pelin guasa, me lo envió el noble hijo de la Betica, nacido en la Hispalis, que compartia mesa y mantel al sevillano modo,  repleto de viandas, como cada primer Lunes de cada mes, justo en la mesa contigua en la que acababa de dar cuenta a mi pitanza.

Era como una despedida, un  saludo, pues el grupo aun estaba en los entrantes. Buenas tardes, y buen provecho, dije.

No me esperaba que la replica fuera “y buena puerta”. Pero si esto es un buen deseo que sea bienvenido, y si fuera malo deberia de pensarselo, ya que por menos hay a quien le he visto caérsele el pelo. Es la Encarnacion.
Buena puerta posiblemente sea un deseo generalizado de este grupo de notables sevillanos, beticos  de la Betica glamourosa, y expertos en técnicas de construcción y edificaciónes, ahora en horas bajas, a los que el deseo de “una buena puerta” para que esta le sirva de entrada para futuros proyectos.

En principio, al oír aquello de “y buena puerta” me dio en el punto de haber replicado groseramente, que si fuera por broma no la supe aceptar, y si fuera de buen deseo, el tono me lo distorsionó. Por suerte, mi admiración hacia el amplio grupo de comensales, me llevó a tener una contestación amable que le ponía fin a tema.

Lo cierto es qué lo de la puerta en la laberintica plaza de abastos, tiene que ser entendido como broma, pues por mas serio que es el asunto hace caer en la hilaridad permanente, debido a que son tantas las personas que comprueban que allí en lo de la Encarnación hace falta una puerta, que siendo  algo advertido por todos, el mareo que causa buscar la salida, o la entrada, es tan infernal que hasta se dan cuenta las personas muy mayores, y que decir de los turistas, o los grupos de familiares de la provincia, por hacer referencia de que es algo que, de inmediato, notan en su instinto de orientacion hasta el grupo de deficientes síquicos que pasean por alli los profesores de educación especial, para impartir el conocimiento del medio, y como no, hacer  hacer referencia al perturbado que nos visitó  hace unos días, proclamando con sus voces la tonteria, y que decir de los pequeños.
Cierto, todo el mundo menos los responsables, de lo micologico, que ni ven, ni oyen, ni hablan, que mas que de las setas la responsabilidad debe de estar en otras puertas.

Son los mas pequeños los que incluso golpean los cristales, cuando notan que en ese lugar es donde se olvidaron poner una puerta. Que digo, que vendría bien como seguridad, o por cumplir la Ley, o quien saber para mejorar el recorrido de los clientes, o lo mismo como salida de emergencias, o quien dice para mejorar la actividad comercial en la travesía central, pues no hay forma. Acaso la puerta sea de los buenos deseos, pero hay tanto malo suelto que …….

El que me desee una buena puerta, es de agradecer, pero mas me gustaría que el deseo le llevara a pedir buenos gestores de lo publico, buenos concejales de distrito, buenos concejales de accesibilidad, buenos concejales, de cultura, buenos concejales de participación ciudadana, buenos concejales de mercado.

Les dejo con el ágape semanal a estos señores de la Betica, que tiene a bien deleitarse, tal vez por hispalenses y como beticos, para al tiempo hacer comentarios de la situación de la ciudad, y como no pude sustraerme a contestarle  a quien tuvo a lo de la Encarnación en su mesa, tal que pareciera calamares a la romana, como portavoz del grupo ·buena puerta", y no me quedó otra que formalizar públicamente la invitación, por supuesto que extensiva a todos los comensales, para participar de la apertura de la puerta, de la buena puerta. Con mis mejores deseos.

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