lunes, 8 de agosto de 2011

No quererla hacer, o cosa de "moron"

Nolición

Vuelvo a mi viejo diccionario, al que abandoné hace algunos años. En el encuentro nada más abrirle, tal como una puerta que permite penetrar en los significados, para encontrar a la primera, esta entrada de la nolicion.
Viene a ser lo mismo que le sucede, (ya sabéis) a esta entrada inexistente, y es tan evidente que falta, pero….. no solo por aquello tan absurdo de no quererla hacer, pues, es el propio publico el que la busca, y la reclama en sus exclamaciones, justo en ese lugar donde no se dispuso, lo que viene a demostrar, que al menos, en el asunto de la puerta, mas que nolicion de esta, que por la distribución de las realizadas, todo hace pensar que fuera sido algo hecho de forma aleatoria, y por supuesto sin criterios para la optimización del llamado enclave comercial, pues es sabido, que ni tan siquiera tuvo estudio previo, al objeto de tener un eficaz recorrido de todo el viario.
Todo se concreta en una nolicion sin explicación del asunto, como la inapelable decisión de un error garrafal, que se hace incontestable por quien no tiene capacidad de respuesta a una elemental pregunta. ¿Acaso no se dio nadie cuenta de que allí faltaba una puerta?
Tantos jefes, tantos cargos como encargos, tantos responsables, tantos técnicos, tantos tácticos, tantos directores de áreas, tantos ediles, tanta preparación en los preparados, tantos supervisores, tantos y tantos como alrededor hubo, y nadie tuvo en cuenta de que en la travesía central de aquel laberinto de diseño, sin paternidad conocida, se dejaría en el chasco continuo, como así sucede, a cuantas personas buscan la entrada donde no se dispuso, engañándolas intencionadamente con la ilusión de encontrar la puerta, justo en ese lugar idóneo que marca la curva en la que nace la barreduela de cristal.
En hacemosloimposiblepuntocom, no hacen lo posible por rectificar, nada mas lejos, y cada día que pasa sin hacerlo, mas enraíza la nolicion que sufren posiblemente por que no saben hacer nada mas que cosa imposibles y ¡claro está!, una puerta es algo tan sencillo, que les cuesta reconocerlo.
Es cuando menos de “morón”, que vienen del griego, (como ya sabéis), y no de moro, ni de la villa de la cal y el gallo. Esto de “morón” se refiere a quien por cabezonería se siente incapaz de rectificar, y ya le pueden dar ocho que ochenta, su nolicion le impide la rectificación, y aunque dicen, que otra cosa es lo que hacen, pues quieren, y parece que convencidos, no se sabe hasta que punto, dispuestos a convertir aquello en un referente de Andalucía.
Pero lo cierto es que como siga así, seguro que no lo será como plaza municipal de abastos, si además de que no realizan la puerta, cosa imprescindible, y para colmo no colocan las ventanas de aireación, no tapan los colectores de agua estanca, no cambian de ubicación tanto el cuarto de basuras, como la expulsión de los gases, (sin contar con los riesgos de la salmonella) a la calle sinuosa, esa que se impregna del olor a metropol, tan desagradablemente identificado, especialmente por los taxistas.
Es lo que tiene la nolicion, que le pasa como a las fotovoltaicas, y lo mismo que se salta la LPHA, (cosa sería), hace con la FERAEE, y hasta el propio reglamento de mercado se incumple impunemente, lo cual hace pensar que, una puerta…….. una puerta automática, especial para disminuidos físicos, y además que esta sea la salida natural de cuantos perdidos en el laberinto amarillo busquen la manera de salir de allí, no parece que sea algo que pueda tener como calificativo la afirmación.
Sevilla a 8 de Agosto de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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