miércoles, 10 de agosto de 2011

De libro

La ubicación

Sin duda el elemento principal para iniciar una actividad comercial es su ubicación. Puede ser que excepcionalmente, un establecimiento con fuerte implantación en el sector, pueda, no solo abrir sus puertas, si no que alcanza el éxito comercial ubicándose en una íngrima calle, donde con anterioridad no pasaba un alma, y por lo tanto, con su potencial llega a cambiar la vida de la solitaria vía, pasando a ser por tal causa una nueva calle comercial, pues de inmediato se ocuparan los bajos con otros negocios que proliferaran con la variación que se ha causado.
También hay calles que fueron comerciales y que dejaron de serlo por demasiadas circunstancias, pero acaso, en este caso de decrepitud observada, la principal sea por que no le llegan los clientes,y todo apunta a que, o estos encontraron una nueva calle, acaso mas accesible, mas cercana, o cuando menos sin tantas dificultades para llegar, y posiblemente con mayores ofertas ventas.
Cierto es que sigue gustando, a muchas personas, comprar en los sitios de siempre, (por desgracia cada vez a menos), pero no se acaba de encontrare la manera de que vuelva a ser una cosa atractiva capaz de reconquistar de nuevo a la clientela.
Tiene las plazas de abastos los días contados, eso es evidente por la decadencia que vienen sufriendo en los últimos años. Basta ver la imagen de soledad que muestran con tantos establecimientos cerrados.
Las plazas de abastos que mantienen fidelizada su clientela, y la aumentan con cuantos las visitan atraídos por su renombre como “La Boqueria”, por su moderno edificio en “Santa Catarina”, o por su fama, “Mercado Central de Valencia”, por poner tres ejemplos en los que se advierte que son buenos negocios, donde el rigor y la disciplina es un incentivo del colectivo, lo cual hace algo tan simple como crear el ambiente necesario, donde no pueden existir los puestos cerrados, ¿se puede alguien imaginar una gran superficie, de primer nivel, que tenga la mitad de los mostradores tapados por las telas?, o que la sección de recuerdos no esté abierta, o quien dice el supermercado.¿ Verdad que es imposible?
En lo de la Encarnación dos tercio tienes sus automaticas persianas bajadas hasta el enmegrecido suelo de poroso granito. Hoy faltaron muchas mercancias que un escaso publico no pudo adquirir,y las expectativas para la segunda quincena se hacen desoladoras.
En el mercado Maravillas, abren por las tarde, en el de San Miguel permanece abierto hasta muy de noche.
A diferencia de las plazas de abastos de esta ciudad, en la que los intereses individuales prevalecen por encima de los colectivos, nada se puede modificar.
Puede haber en las plazas demasiadas zonas de las llamadas muertas, y que habría que revitalizar con elementos de potencia, pero que indolentemente se dejan abandonadas a la peor suerte, esa suerte, mala suerte, que acabará apoderándose de todo.
¿Que se tiene una referencia muy optimizada y de gran demanda?, pues los libros de estudios de mercados recomiendan que nada mejor en este caso,como hacer que el publico realice un mayor recorrido en su búsqueda, pero eso no es posible,(acaso por como está estructurada)en la plaza de abastos, donde todo se llena de impetra inútil, donde no valen los estudios, ni las experiencias de quienes pueden aportarla.
Todo se vuelve infructuoso, y vano, ya no vale la pena hacer el menor esfuerzo, pues las actitudes, y las aptitudes vienen a demostrar que sería imposible que alguna vez puedan darse cuenta en estas plazas de abastos sin criterios, ni objetivos, de que lo importante del colectivo estriba en que no existan las individualidades, que todos dependen de todos, y que debe de prevalecer la fuerza del equipo.
Pero, en este punto dream team, a ver quien convence al delantero, ese que marca los goles, que tiene que bajar a defender los cornes, y lo peor es que saben, por el símil deportivo, que por un gol del portero puede ganarse una copa, y efectivamente, el cancerbero no tenia por que estar en esa ubicación del terreno de juego.
Sevilla a 10 de Agosto de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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