lunes, 22 de agosto de 2011

Marcos

Vino, vio y tocó

Vino de visitas mi amigo Marcos con su mono a cuestas. Más que mecánico parecía un campesino de la Fruit Company, por el gorro de fibra vegetal, y el blanco bluson veraniego que trajo como atuendo, casi mas parecía uno de esos maduros que por Ibiza buscan sin encontrar en la playa las turquesas de las “poseidoneas”.
El caso es que vino, y vio, como que si vio, hasta comprobó la enorme paletilla que sirve de reclamo para esos pocos turistas que se acercan por las setas, y como no encuentra ni una camiseta de la pamplina que llevarse de recuerdo, al menos que se lleven la foto del magnifico ejemplar que cuelga para la admiración de cuantos creían que no iban a estrenarse con la cámara del móvil de ultima generación que adquirieron para la ocasión.
Cierto es que hacen “pamplinsetas”, pero no es de este merchandising. En es la pamplina está en la camiseta, “Puerta de entrada”
Marcos es persona tan formal y seria que creo que lo que escribe, es el “avangelio”, y aunque lo redondo en el siempre cuadra, tiene esa rara virtud de ser un poco como Santo Tomas, tanto que vino, y vio, y tocó la pieza de papel, pues de tal realismo cuelga, que la creía verdadera.
Para que no se fuera de vacío le proporcioné una visita relámpago, tan solo para que se hiciera una idea de cómo son las entrañas del micologico bicho que le expulsó de su calle Regina. En otra ocasión, llegaremos a lo que hay en el bajo vientre, y si acaso a la evacuante cloaca, pues esas visita hay que hacerlas en ayunas.
Se lleva material para escribir en cuanto le entre la minima gana que pierde por ese mono que no le suelta hasta la de diez.
Cuando regrese Ceres, y con el leve modificado, se pueda abrir la puerta inexistente, puerta de Ceres, lo mismo empezamos a demandar que nos traigan la “clepsidra”, para aumentar la oferta fotográfica.
Todo está por decidir, nada en estos momentos es definitivo, aunque posible, y que si quiere que le cambie el nombre a la puerta de “seres”, por puerta de las personas, que lo mismo gana consenso, por mi no hay problema, peor que si se le pone puerta de “eres”, siempre con cariño, nadie garantiza que la modificación en lugar de fácil se vuelva ligeramente dificultosa, y se puede ir al garete lo de la “clepsidra”, con la ilusión que tiene aquello de que a falta de playa artificial, poder contar las horas en el agua.
Sevilla a 22 de Agosto de 2011
Francisco Rodríguez


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