martes, 9 de agosto de 2011

encarnagarum

El centro comercial

No queda claro nada de lo que pasa ya que siendo esta ciudad, que hasta hace poco llamaron de las personas, y también capital de naciones, (a la que le estuvieron construyendo sueños durante demasiados años), que, desde que cerraron las pocas industrias que tenia, bajo los gritosy consignas vanguardistas de “¡¡Que esta no se cierra!! para que de inmediato se le pusieran candados.
El caso es que sin diversificación en la industria, aparte del experimento aeronáutico, (que parece que está funcionando), es el turismo la empresa que mas empleo genera, aunque sigue siendo la Junta la que mas empleados tiene.
Esta observación viene dada cuando siendo en el verano la época vacacional que mas visitantes se reciben, pues ocurre que se encuentran aparte de con una temperaturas que es para pensárselo, con el centro comercial que da penita.
Las calles desiertas, y un gran numero de comercios pintarrajeados de graffiti, con los carteles de la crisis “se vende”, “se traspasa”, es una lamentable imagen de lo que realmente acontece.
En lo de la Encarnación, plaza publica privatizada, solo se permite subir a la azotea de las tres escaleras, como las tres cartitas, a partir de las diez.
Ninguna información se dispone para acceder a los sótanos donde se encuentra la fabrica de salazones de la Hispalis,lugar que incluso puede llegar a percibirse, aunque no se muestre la elaboración de su famoso “Garum”.
El calor del Sol calienta el camino de hierro que recorre la epatante cubierta, sin que se aproveche de manera alguna tanta energía derrochada en un proyecto de vanguardia que carece de la sostenibilidad recomendada para el ahorro energético en los edificios. Apenas tiene visitantes que recorran ese “gusano gigante” en los que las barandillas empiezan a quemar.
No es fácil encontrar las indicaciones que estos turistas “clientes de nuestra mayor empresa” buscan para acceder, y en la mayoría de las ocasiones entran en lo que llaman mercado buscando los servicios “segunda puerta a la izquierda”, y peguntar ¿Cómo se sube arriba? “Saliendo a la calle, y a través de las dos esquinas pueden bajar para tomar el ascensor”
Por suerte este servicio lo pagamos todos, iva incluido, de tal suerte que la vista socializada de los tejados de la ciudad, es de tal atractivo, que hasta los turistas pagan,¿ que pueden hacer una vez llegado a ese punto?.
Al pie de la seta cinco han proliferado los veladores, igual que a la sombra de la seta tres, veladores también. La seta uno tiene a los suyos, y la seta dos los de la Unión.
Es la plaza de los veladores, veladores por aquí, veladores por allí, al punto que con tantos veladores aquello tiene todos los síntomas del tanatorio. Sevilla, ciudad tanatorio.
Aun faltan los de la plaza-botellodromo, y los de los cinco restaurantes en uno. Se dice que aquello será una muestra de cocina de los cinco continentes.
Por suerte para ellos una vez que encuentren la calle cubierta que recorre las entrañas del bicho de Norte a Sur, justo en la tangente de las curvas, por donde el calor de los motores desprenden los gases del característico olor a Metropol, allí dispondrán de dos puertas dobles, aunque solo abre una hoja, para entrar en lo que llaman plaza municipal de abastos, inhóspita y solitaria, con la mayor de los establecimientos con las persianas bajadas, pero que incluso encontraran los veladores de sus bares para al menos reponer fuerzas con la autentica cocina, dicen la cocina del mercado, por sus ingredientes,pero puede ser que lo mismo los adquirieron en “mercamacro”, en el “merkalint”, o en el “supermas”, que siempre son mas baratos.
Sevilla a 9 de Julio de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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