miércoles, 1 de junio de 2011

Cosas de la plaza

Es la guerra
(el enemigo)

A todo esto de lo sucedido, que solo en esta ciudad parece que pasa en asunto de mercados,( las plazas de toda la vida), acaso sea por el abandono que sufren las misma en manos de una administración recaudatoria.
No en vano en los ultimos pasados 12 años, tan solo ha tenido la ocurrecia de cambiar un reglamento sin aplicar, por una ordenanza intervencionista.
Hay que decir que con la nocturnidad del calor de Agosto, y la alevosia de las vacaciones, pero que por nada del mundo los placeros hicieron la intencion de leer el famoso libro rojo, ni cuando era un proyecto, dijeron elaborado por tecnicos de vaya usted a saber, y con la autoridad por consenso.
Asi que ya no valen las lamentaciones, si acaso, con el cambio politico pedir una revision, en la que los vendedores de mercado tangan alguna posibilidad de actuación sin que le caiga una sancion, como menos, y desechar la amenaza constante de una retirada de licencia que por cierto cada dia se devalua, entre otras muchas razones ante la falta de interes de la Delegacion de Consumo por potenciar los valores de este sistema de venta, tan valorado en Cataluña, tan cuidado en Madrid, y tan protegido en Valencia.
Pueden hacer comparaciones que quieran, pues es notable que mientra en esta ciudades los establecimientos, estan supervalorados, en esta ciudad de las personas no hay quien tenga arrestos para abrir el que se cierra.
Nada peor hay que ver los puestos cerrados en los mercados de abastos, son como indicadores de la situación. En el de las setas, en cinco mese, ya tenemos dos cerrados, y no hay quien le meta mano por los costos, y muy especialmente por el desastre de diseño, lo oscuro que resulta, los imposibles mostradores, y aparte del inconfundible olor que desprende, la de las puertas.¡Donde me dejan lo de las puertas! No pueden hacerse a la idea, a menos que vengan a verlas, de que forma mas aleatoria se ha dispuesto las entradas, aquello carece de todo sentido, y ya ven, los placeros en su silencio siguen, bien algunos, regular casi todos, y mal unos pocos, al final caeremos todos.
En Triana la cosa se ha puesto grave, hay asunto personal que se dirime cada dia en los entripados de quitame esa caja, no me da la gana. Parece mentira con la mitad de lo puestos cerrados y con la cantidad de espacios disponibles, y ademas con las “ventitas” que se estan haciendo, para mi que sobra puesto como para tener que ocupar, molestando, o sin molestar al vecino, queriendo o sin querer.
Nuestros vecinos, ante la falta de clientes a los que atender, se estan convirtiendo con la desocupación en nuestros propios enemigos, acaso el nuevo reglamento dispone que los viales tienen que estar expedito, y nada peor que ver un mercado con las calles vacias, y los puestos cerrados, sin una caja por medio, sin una carretilla por medio
En el de la Encarnación hasta deberian de estorbar los enorme obstáculos que crean las columnas que quedaron en medio de todas las calles, y sin embargo lo que estorba, es una maceta, una bicicleta, una caja, una bolsa de basura. Es el reglamento.
No se puede poner un tubo fluorescente sin pedir permiso, pero se consiente que el viario tenga menos anchura que la que disponia el reglamento, no se puede poner un banco de madera,(para descanso de las clientes), pero si puedes partir el formica si las luces son las de 3000 euros. Y todo por la “dichosa ordenanza”. Y encima el olor que tiene aquello, no acaba de convencer a nadie, el color menos.
Espero que antes de que esta profesion decreciente, y que ciertamente en las ciudades que cuidan sus mercados son profesiones en alza, antes de que alcance los estertores a los que va siendo llevada, como res al sacrificio, los vendedores caigan en la cuenta que los adversarios no estan dentro, que la guerra esta afuera, y el peor enemigo está en la Casa Grande, que para eso de retirar cajas, y lanzar amenazas de cierre, posiblemente por los abusos que en la laxitud se realizan, es capaz de poner orden con ocho agentes de la autoridad. Nada menos que ocho policias en Triana, para evitar algo mayor, y entonces es cuando pienso que no nos merecemos ni la puerta, ni nada, nunca aprenderemos. Y luego hablamos de “cotimpléses”, y no se nos cae la cara de vergüenza, cuando enarbolamos lo de la profesionalidad.
Dicen que el retorno de Ceres llevara a lo de la Encarnación, junto con la puerta de los deseos, buenos presagios, pues crean que ni un solo placero, ni uno solo, se ha interesado por ello.
Sevilla a 1 de Junio de 2011
El pepino ya se puede comer
Francisco Rodriguez

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