martes, 7 de junio de 2011

Bien informados

Lo contrario

Cuando en vano intento quiero ir dejando esto de lo de La Encarnación, siempre aparecen argumentos para continuar. De hecho cuando pensaba que iba a poner pie en pared, para decir hasta aquí hemos llegado, resulta que la frase significa lo contrario, es decir mantenerse con tenacidad e insistir en el empeño. No te digo.
Como lo de las fotovoltaicas aun siendo evidente que por muy obligatorias que fueran no tuvieron la misma exigencia de las cajas de Triana, y como tampoco tuvo un inspector de la oficina de la energía, ni un par de municipales para hacer cumplir las ordenanzas, pues, no cabe ya esperar que, después de mostrarse en el MOMA, como proyecto sostenible del carajo, que por un quítame de aquí esa “placa”, se les va a ocurrir a nadie colocarlas. Precisamente allí, en todo lo alto para que se doblen del peso las tablas, ¡Vamos, anda! No esta tu “mu equivocao, ni na.”.
Que conste que yo solo lo decía por aquello del ahorro energético, ese del hacia referencia Barak en su discurso, y Rodríguez en el suyo, con las conjunciones estelares, y que por lo visto todo importa un pepino, y no solo a la Merkel (de soltera Kasner) aunque solo sea para indignar. Indignados y cariacontecidos.
En la plaza de la mayor indignación, la de la Encarnación, la del proyecto polietapico, la del equipamiento multidisciplinar, la de las dos auditorias, la de la la gran demora, la del mirador social, la de la azotea-botellodromo, refugio de desvalidos, la plaza de las sombras, la de las tres escalinatas la de las seis setas, aun pueden verse operarios rematando, como pueden, incluso tapando los innumerables fallos que aparecen por doquier debido posiblemente a la poquita calidad que se le puso a aquello.
En el mercado amarillo, ese laberinto asimétrico de apariencia macilenta, por la pobreza de la luz, cuya ridícula instalación apenas alcanza mínimamente lo mas básico que puede ponerse en un proyecto de obra, los obstáculos evidentemente no son cajas, son sencillamente los enormes mamotretos de columnas forradas por el formica que nadie quiso ver, al punto que aun siguen sin quererlas ver, no vaya a ser que lleguen las inspectoras de paisano y manden a los municipales a retirarlas.
En el mercado de los obstáculos, cada día decenas de personas buscan la puerta inexistente. No parece que una puerta de cristal sea algo difícil de realizar, pero no se entiende el por que no abren esa lógica puerta, a todas luce necesaria para mejorar la mareante circulación que el galimatico diseño hace sufrir a los clientes.
Tampoco puede ser, como dicen, por fastidiar, pero lo cierto es que ya se podían ir haciendo algunas pequeñas modificaciones que ayudarían en lo posible a paliar todas la deficiencias que se encontraron los placeros en el uso cotidiano, vicios ocultos de la obra, y que por las prisas inaugurales todavía están por resolver, como por ejemplo la pésima iluminación, los cristales con reflejos de espejo, los desniveles en los desagües, el sistema de ventilación, la acumulación de olores, el oscuro y poroso suelo, la altura de los mostradores, las paredes de formica, las múltiples prohibiciones, la ordenanza municipal, y sobre todo las puertas. ¡Esa puerta!
Todo puede cambiar, a nada que retorne Ceres a la Encarnación, abrir la puerta de la Travesía Central se hace inevitable. Esperaremos a la constitución de los nuevos concejales que van a formar el nuevo consistorio municipal, pues tanto gobierno como oposición, saben de lo la puerta, pues no en balde los he tenidos bien informados.
Sevilla a 7 de Junio de 2011
Francisco Rodríguez

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