sábado, 8 de diciembre de 2007

Hace 28 meses

Un nuevo aniversario

Como cada Octubre, llega un nuevo aniversario para esto de la Encarnación, pero en esta ocasión lo hace con dos empresa disputando a la baja, como los domestical documentales de mister Evans, lograr la adjudicación y poner final feliz al asunto.
Parecía que las eliminadas fueran las ofertas mas coherentes, dado el costo de las exigentes calidades,y por,dentro de los parámetros de seguridad, la duración de las obras, nada menos que del nuevo icono capdal,como lo es el proyecto premiado,por el fallo de un jurado de prestigio,en el concurso internacional de ideas.
Pero,prisas y costes,tienen casi siempre en política unos valores de temer que las hacen correr el riesgo de caer en la chapuza julifriski, o en un paron de y te veré, debido a causas que, por conocidas, siempre son ajenas. Son los llamados imponderables que surgen donde todo debería estar previsto, y entonces, la mariquita hace el perro.
Debido a que el mercado- dedalito perdió su pujanza, ente la importante relevancia que toma al micologico icono, y por lo tanto pasó al plano del botellodromo-azotea, y resulta que esta, es la plaza publica, rara, rara, donde las hayas, queda centrado todo el esfuerzo inaugural en las dos opciones restantes, a saber: la cripta y la cubierta.
Puesto que tanto la estación del metro y los aparcamientos, también se quedaron fuera, debería de ser la Hispalis in situ(entiendase,donde buenamente pueda situ.arse),en tan moderno Museo la que muestre, si no todo lo encontrado, al menos lo mejorcito que se ha tenido a bien conservar de esta ciudad de los tiempos del Imperio, junto a los que se salvaron de estratos superiores, ocupando los espacios que le dejen las descomunales zapatas, en el caos del solar.
Entiendase caos el vacío que ocupa un hueco, tal como lo expresaron los griegos. Los romanos decían chaos, que vendría a ser, algo así como, despídete, vamonos, que nos vamos.
Visto que la recuperación de la arboleda perimetral de las alteradas alineaciones parece poco probable, y lo del metro centro espera no se sabe bien a que, toma una prioridad relevante lo de la otra parte del sugerente lema, las amorfas figuras de la epatante cubierta, el parasol. Y como no duelen prendas, sea cual sea la altura, los materiales y la calidad, el merchandaise de camisetas, llaveros y toda clase de artículos con el recuerdo caprichoso del icono, afianzan en la competición a los finalistas.
De lo que salga al final, a poco que aparezca algún desajuste económico y no puedan cumplirse los plazos, puede esperarse cualquier cosa.
Francisco Rodríguez Estevez
Octubre de 2005

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