Cambio de puerta
El pasillo de la curva Sur, ahora inexistente, llegaba hasta el hall de distribución, lugar donde,
mira por donde suprimieron una de las puertas del llamado mercado, aquella que coincidiría
con el arranque de la larguísima rampa de tres niveles que suben hasta a la azotea a los discapacitados que
tengan un par de personas que le ayuden empujando el carrito.
Pero hete aquí que siendo este viario ascendente y
descendente, de características especiales y obligatorio por la Ley de Accesibilidad, pero que
en su continuada observación se pasan los días sin que nadie lo utilice, pues
no tuvieron otra que en lugar de colocar el inicio de este justo en amplio vestíbulo
para distribuir a las personas tanto a la planta menos uno, como la subida a la
rampa, ascensor, e incluso facilitar la entrada al mercado para que fuera también
una elección a las personas que así lo quisieran.
Pues resultó que con tantos análisis y estudios dispusieron
que tanto la entrada al nivel menos uno como la subida por la sinuosa cuesta
quedaran colocados en la parte exterior, retirando a los posibles visitantes y
alejándolos de la opción del mercado.
Así que con estas, entre caprichos y modificados, que por si no lo
saben la puerta al mercado para acceder a lo que ahora es una desértica calle
anticomercial en el interior del laberinto tenia en ese lugar la puerta
desaparecida, (justo entre las dos enormes columnas, frente a la salida de la
curva Sur ahora convertida en bar de copas)
Tengo entendido de que el director de accesibilidad me
contestará en breve, acaso después del verano y con ello la dilación para dar
la respuesta se llevará todo el estío pues, a este paso la solución se llevará
otro tiempo.
Hoy, alguien que no conozco, acaso octogenario, me he traído
un enorme sobre con sesenta cuatro hojas de distintos periódicos que el había guardado
para algún día entregármelas, me dice.
El detalle es de agradecer, en ellas advierto que son cartas
al director que me publicaron
en su día, y que el buen hombre tuvo a bien, o mal, guardar .
Me las entrega con cierto entusiasmo, debe de ser por que en ellas pudo leer algo
que le causaba agrado. Son casi todas del año 2007, y otras de 2010.
Las leo para recordarlas, y algunas las podía haber escrito hoy.
Con seguridad se abrirá la puerta, el caso es que la cosa no está para mas
demoras, y tal es el grado de acierto en lo de la Encarnación que solo
falta por entender estas cuitas entre la partes, que mas parece teatro, y ellos
lo saben. Así esta escrito.
Sevilla a 31 de Julio de 2013
Francisco Rodriguez
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